Para el ex jefe de la policía de Santa Fe, los efectivos perdieron la calle hace décadas. Celebró la llegada de fondos desde nación, pero advirtió que con dinero “no se pueden comprar ganas de trabajar”.
El ex Jefe de la Policía de Santa Fe estuvo presente ayer en la Comisión de Seguimiento del caso que involucra a los ex fiscales Serjal y Ponce Asahad por coimas relacionadas al juego clandestino.
Según el legislador Joaquín Blanco, “reiteró que hubo un intento de ensuciar su nombre y que alguien pudo verse beneficiado por eso”.
Hoy, en diálogo con LT8, Sarnaglia se mostró “con un poco de desazón después de lo ocurrido”. “Yo regresé después de 11 años con ganas de hacer algo por mi comunidad. Lo hice porque el gobernador me convenció que íbamos a mejor la seguridad de los vecinos, la que más me preocupa, la de mi hija y de la de mis nietos”, dijo al programa “Todos en la 8”.
“Veo que se plantean, se dicen muchas cosas pero los vecinos cada día están peor, va siendo hora que todos los poderes de la democracia se pongan los pantalones largos y dejemos de debatir sobre teorías extraordinarias y le demos a la gente lo que necesita: seguridad”, dijo el ex jefe policial.
Asimismo, lamentó que “mientras nosotros debatimos la gente se muere, está cada día peor, tras las rejas, la gente está mal; hay que hablar con los vecinos, ver qué necesitan”.
Cuerpo policial
Para el ex jefe de la fuerza de la provincia, “la policía perdió la calle hace décadas”; y si bien celebró los fondos anunciados por el presidente, “con los 3 mil millones no se pueden comprar ganas de trabajar, ni actitud. No se puede comprar conocimiento, no se puede comprar experiencia”.
“Si no cambiamos la actitud y la aptitud de la policía yo le digo que aunque nombren 50 mil policías esto no va a cambiar” advirtió Sarnaglia.
“¿Cómo se convence a un tipo que gana 700 pesos menos que un empleado de comercio de que salga a arriesgarse por un tercero? ¿Cómo lo motiva?” se preguntó en diálogo con Lucas Ameriso, en la mañana de LT8.
Por último, evaluó que la situación en Rosario es muy grave como es grave en toda la provincia. “En seguridad no se puede correr atrás de la pelota como en el fútbol. La seguridad se parece más al hockey, con una pelota a 180 kilómetros por hora”. “Acá se dejó crecer la violencia y hoy es casi imparable”, lamentó.