Una veintena de Organizaciones, con una larga trayectoria de trabajo socioambiental, rechazan el proyecto de Ley de Fomento a los Bioplásticos, presentado por el diputado Joaquín Blanco (PS), que busca impulsar la producción de bioplásticos en la provincia.
Esta nota de rechazo, firmada por estas organizaciones y entregada a la Comisión de medio Ambiente de la Cámara de Diputados, manifiesta la preocupación de que “el Estado termine financiando el maquillaje verde de la Industria Plástica, sin generar, y, peor aún, obstaculizando soluciones de fondo.”
Mirko Moskat, del Taller Ecologista, habló con Una Tarde Perfecta (LT8) e hizo un repaso del recorrido de este reclamo y entrega de notas a la presidenta de la Comisión de medio Ambiente y Recursos Naturales, Erica Haynes.
El Taller Ecologista, al principio, hizo un aporte técnico “hacíamos una serie de críticas a la idea de fomentar los bioplásticos. Eso tuvo una respuesta: nos invitaron a una reunión con los asesores para ampliar estos puntos.”
El problema se presentó después, cuando otras 25 Organizaciones también presentaron una nota, para acompañar y reforzar los conceptos vertidos por el Taller Ecologista. No tuvieron respuesta de ninguna índole.
“Sentimos que después de estos primeros intercambios, no hubo ninguna otra actualización, devolución, de por dónde sigue la discusión. Qué borradores, en el proyecto, se están elaborando. Si se están incorporando nuevos elementos. La verdad es que sentimos que no hay mucho interés en informar a las Organizaciones cómo siguen estas discusiones.”
Moskat considera que solo pueden depender de sí mismos para acceder a la información, porque no hay predisposición, para obtenerla de forma oficial. “Si desde distintas instancias se plantea la importancia de la participación, hay muchas normativas que promueven esto, que reconocen que es importante -sobre todo en los temas ambientales- que haya más participación de la sociedad civil… que eso, de algún modo, se facilite. No que uno tenga que estar buscando los huecos por donde meterse,” protesta el ambientalista.
El proyecto incluye, bajo la denominación de bioplásticos, a un abanico de posibilidades:
“A materiales producidos con cultivos o subproductos o residuos del agro, o de la Industria Alimentaria. En vez de producir un plástico con petróleo o gas, producirlo con algún material de origen biológico.” Se llaman Biobasados, “pueden estar totalmente biobasados o parcialmente.”
“A su vez, esos materiales pueden ser degradables, en un lapso razonable de tiempo o pueden ser iguales a los plásticos convencionales, es decir tardar cientos de años en degradarse.
Y por otro lado también se incluyen dentro de los Bioplásticos, materiales que son producidos con petróleo o con gas, igual que los plásticos convencionales, pero que tienen propiedades de biodegradabilidad. Entonces es como muy amplio, hay de todo.”
Él aclara que lo que han intentado desde el principio es delimitar mejor, restringir esta cantidad de materiales a aquellos bioplásticos que pueden ser interesantes de fomentar, y cuáles no lo son. Algunos criterios que fueron contemplados:
“Desde el punto de vista de con qué se fabrican; de cómo se comportan como residuos; desde el punto de vista de las aplicaciones, para qué si y para qué no.”
Por ejemplo, no tiene sentido producir o fomentar bioplásticos para aplicaciones en las que podríamos usar reducción o reutilización en vez de cambiar el material. Como en el caso de la bolsa de acarreo o bolsa de compras. “Ahí hay que usar una bolsa reutilizable, lavable.”
“No tiene sentido que, de manera masiva haya simplemente un cambio de materiales, sino que hay que cambiar la matriz de producciones de consumo, cambiar esta lógica de producir bienes que duran poco tiempo y terminan en los residuos.”