El referente de la Pastoral de la Drogadependencia cuestionó al Concejo Municipal por el proyecto para la creación de un registro de autocultivadores y cultivadores solidarios.
En todo el país la lucha contra las adicciones es cada vez más intensa, en un contexto atravesado por la marginalidad y la delincuencia. En una ciudad como Rosario, controlada en muchos aspectos por el narcotráfico esa lucha se hace cada día más ardua. Desde hace algunos años trabajan en la ciudad un grupo de voluntarias pertenecientes al movimiento nacional “Ni Un Pibe Menos por la Droga”, quienes día a día intentan brindar herramientas de prevención y generar una red de contención para quienes buscan una mejor calidad de vida.
En diálogo con Lucas Ameriso en “Todos en la 8”, Fabián Belay, sacerdote de la Pastoral de la Drogadependencia, se expresaba ante uno de los proyectos que se trató recientemente en el Concejo Municipal, el registro para autocultivadores de aceite de cannabis: “Nosotros estamos a favor que el Estado permita el uso del cannabis medicinal pero estamos en contra de los que naturalizan el uso de las drogas“.
“Mientras estamos en los barrios viendo como asistimos con alimentos y como contenemos a las familias durante la pandemia, el Concejo sin consultar y aislado de la realidad saca ordenanzas de cosas que en otro marco no lo harían” apuntaba el padre Belay en los micrófonos de LT8.
“Por eso decidimos ir al Concejo, a visibilizar un tema que un sector de la clase política no ve. Cuestionamos el registro de autocultivadores y cultivadores solidarios. Apuntan a la legalización de todas las drogas. Antes de legalizar tenemos que resolver problemas conyunturales” sostenía el referente de la Pastoral de la Drogadependencia.
“El narcotráfico sigue las leyes del mercado, del capitalismo salvaje, y los pibes de los barrios populares son el material descartable que se usa para la venta. Estamos trabajando para no perder los vínculos que tenemos con los jóvenes desde hace años en este marco tan difícil. Se ha deteriorado muchísimo el tejido social” concluyó analizando el padre Belay.