El neumonólogo Enrique Taboada, de la UNR, precisó la necesidad de establecer medidas de contención sobre los adultos de entre 30 y 44 años, explicando que son quienes más inciden en la propagación del virus.
Los 1375 diagnósticos positivos de Covid 19 y 46 fallecidos, todos en el día de ayer, constituyen un nuevo récord para ambos cómputos en Rosario. Datos abrumadores e inquietantes que generan mucha preocupación, sentimiento del cual se hizo eco el médico neumonólogo Enrique Taboada, Director de Epidemiología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), quien marcó que “de algún modo era esperable este desarrollo de la curva epidémica, pero lo que tenemos que hacer es actuar. Si bien hay medidas que parecen contradictorias, dentro del marco de crisis político-social-económica, esas medidas deben hacer que nos concentremos en el análisis de las mismas para reevaluarlas y, a partir de ese análisis, concluir en cuáles serían mejores medidas”.
“Aparentemente, un aislamiento estricto ya no sería suficiente, por eso habría que trabajar en forma más localizada en adultos de entre 30 y 44 años, porque es el foco más afectado, el que permite que se propague el virus. Si bien los adultos mayores son los más vulnerables y padecen la mayor letalidad, no son los que tienen la mayor incidencia. Ahí habría que actuar con alguna medida de contención para evitar la continuidad de la epidemia” continuó explicando Taboada.
El doctor Taboada, Máster en Salud Pública, puntualizó sobre las medidas que están pensándose: “Primero, hay que detectar los contactos estrechos de ese rango de edad para hacer el corte de la transmisión. Hay que aislar a quienes tienen contacto estrecho o podrían haberlo tenido. También, puntualizar que la falta de distanciamiento e higiene personal (lavado de manos y de cara; esta última, fundamental porque en el rostro se asientan las partículas virales). No hay que olvidar estas medidas y hacer una vigilancia sobre este grupo de edad”.
“Hay que controlar el contacto estrecho una vez identificado el infectado, que guardará todas las medidas, porque el contacto puede no tener síntomas, pero no hay que limitarlo con medidas muy restrictivas, lo que generaría rebeldía en esas personas”, puntualizó el médico.
Ante la consulta final sobre si es de esperar que la curva siga subiendo, Taboada concluyó en que “habría que contemplar el número de casos y hacer cálculos estimativos, pero las operaciones matemáticas simples también han fallado. Prefiero observar la tasa de inicidencia como lectura principal y ver cómo se desarrolla la curva, y también reevaluar conceptos de análisis”.