María Belén Genga está en estado vegetativo desde el 24 de febrero de 2017, día del accidente. Su abogado consiguó la resolución judicial favorable mediante una medida cautelar
El 24 de febrero de 2017 cambió la vida de muchas familias. Ese día aconteció lo que desde entonces se conoce en general como “la tragedia vial de Monticas”: el accidente protagonizado en ruta por un micro de esa empresa que dejó trece heridos de distinta consideración y una persona en estado vegetativo. Esa persona se llama María Belén Genga, quien al menos ha sido beneficiada por un fallo judicial que impone a la compañía aseguradora de la empresa de transporte pagar los gastos (123 mil 700 pesos) de la atención médica que ella necesita.
El doctor Ignacio Arrondo, abogado patrocinante de la mujer, describió esta circunstancia: “María Belén no despierta desde el 24 de febrero de 2017. La Provincia provee alimentos, medicamentos y la atención profesional, compuesta por tres enfermeros y un médico. Pero al producirse el cambio de gobierno provincial, la nueva gestión ordenó una auditoría que detectó que uno de los enfermeros que la atendían pertenecía a la planta permanente de trabajadores de la salud provincial pero,a demás, facturaba por sus servicios, lo cual no está permitido”.
Así las cosas, el Gobierno de Santa Fe dejó de pagar a esos prestadores, lo cual llevó al letrado a presentar ante la Justicia una medida cautelar con la se logró que la compañía de seguros se haga cargo de esa paga. “Pero estamos con demoras”, anunció el abogado, “porque los prestadores cobraron por última vez en julio. La Provincia alega emergencia económica por la pandemia y eso hace que todo esté muy complicado, al límite: Los prestadores no quieren trabajar porque no cobran; se van y hay que buscar alternativas, pero en San José de la Esquina, con 7 mil habitantes, no abundan los profesionales. La erogación mensual supera los 122 mil pesos sólo por esos cuatro profesionales; el gasto es mucho mayor y el resto sí lo cubre la provincia”.
Como cabe suponer, la familia de María Belén, compuesta por su madre – de más de 80 años – y dos hermanas, “está devastada; sufrió un deterioro que no se puede cuantificar y que siguen padeciendo en el día a día. Hay que mendigar todos los días para que la provincia pague a los profesionales para que pueda seguir siendo atendida”.
