A diez años de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner el filósofo Ricardo Forster lo recordó en “Trascendental”.
“Cuando muere Néstor la identidad del kirchnerismo ya estaba marcada. En 2010 su fallecimiento generó una gran identificación entre los jóvenes. Dos parejas cambiaron la historia argentina, Perón y Eva, Néstor y Cristina”, destacó Forster.
“En el mundo europeo el populismo está vinculado a una derecha autoritaria. No comprenden que en América Latina el populismo significa la emergencia de los que no que no tenían derechos. La ampliación de derechos mejoró la calidad de la democracia”, remarcó el filósofo y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Y luego agregó “Se usa el término populismo para denigrar. Se debate si vamos por estados más democráticos y no por un capitalismo depredador. Néstor representó un Estado del bienestar, ampliación de derechos y ascenso, movilidad social hacia las clases medias”.
Forster aseguró que “Ni la salud ni la educación puede reducirse a una mercancía. La disputa es por la redistribución del ingreso al servicio de la ciudadanía y no de una pequeña minoría”, al tiempo que sostuvo “Néstor para mí, y creo que para muchos otros argentinos, es el político que me devolvió esperanza política, como participación intensa, como pasión de tratar de transformar un país. “Nestor devolvió la chispa por la pasión política, cuando pienso en él la palabra que lo describe es agradecimiento”.
Sobre la oposición, Forster señaló: “La devaluación tiene doble sentido por un lado maximizar sus ganancias y por otro hacer añicos cualquier política de transformación del Estado y de autonomía.”
“La pandemia puso en evidencia los límites y las profundas fracturas generadas por las políticas neoliberales; pone en entredicho la cuestión del capitalismo y libera ciertas palabras que estaban olvidadas, censuradas, tabicadas. La palabra estado comienza a jugar un rol diferente; es falso que el neoliberalismo es antiestatista”, explicó Forster. Y luego argumentó “El neoliberalismo usó a destajo al Estado, pero para ponerlo al servicio de su propio proyecto de liberalización de las finanzas a nivel global y como un instrumento para ir vaciando los derechos y la existencia del propio Estado de Bienestar. Vuelve a aparecer la idea que el estado debería intervenir en la vida económica; que el capitalismo liberado de todos los controles es depredador. En el caso argentino, la respuesta que se dió a partir de la pandemia fue poner el Estado al servicio de la reconstrucción de un sistema de salud que había sido prácticamente liquidado por el macrismo y las políticas neoliberales”.