Pablo Berra, docente santiagueño radicado en Sudáfrica, manifestó no haber padecido consecuencias de la inoculación experimental de esta vacuna que, se anunció, comenzará a distribuirse en semanas próximas
La noticia de que la “vacuna Oxford” empezará a distribuirse en las próximas semanas genera una expectación general altísima, otra vez. Pablo Berra, natural de Santiago del Estero y afincado en Sudáfrica desde hace dos años, fue el primer argentino en someterse a la aplicación experimental de esta vacuna y dejó sus impresiones actuales en “El primero de la Mañana” por LT8.
“No tuve problemas ni con la primera inoculación ni con la segunda (aplicada 28 días después), más allá de padecer durante dos o tres días dolores de cabeza y musculares leves y alguna febrícula. Fueron 14 lunes seguidos de hisopados y análisis de sangre; ahora me otorgaron unas ‘vacaciones’ hasta enero, cuando se retomarán los controles. Ninguno de los 30 mil voluntarios tuvo consecuencias. Sólo en julio hubo un hospitalizado, pero lo fue por razones ajenas al coronavirus”, comenzó explicando Pablo.
“Los voluntarios deberemos seguir unos meses más en revisación para conocer la cantidad de anticuerpos que podamos haber generado. Tomé la decisión sin temores; considero que quienes están a cargo de las investigaciones son demasiado importantes como para que uno tuviera miedo”
Sudáfrica estuvo muy afectado por la pandemia de coronavirus; llegó a ser el quinto país en el mundo en cantidad de contagios, pero a partir de julio bajó a la posición número 12 en la escala global. “Las autoridades lo adjudican a que la ciudadanía tomó mucha conciencia para acatar las recomendaciones sanitarias, aún sin cuarentena”, la cual se implantó solamente “desde el 27 de marzo, por cinco semanas y solamente en las grandes ciudades”, comunicó el voluntario argentino. “Tres millones de sudafricanos perdieron el trabajo; entonces, se abrió todo para recuperar la economía. En cuanto a las clases, hubo un intento de reapertura durante junio, que fue fallido porque se contagiaron varios alumnos de Ciudad del Cabo, y se abrieron finalmente en agosto”.
Sabido es que la problemática del retorno a clases presenciales es uno de los temas más debatidos en Argentina. En una suerte de comparación, el santiagueño expresó. “Trabajo en una escuela de nivel inicial y si bien cuesta bastante que los niños más pequeños utilicen barbijo y respeten las medidas sanitarias, digo que se puede llevar adelante el dictado de clases”
“Estoy en perfecto estado y soy muy optimista”, fueron las últimas palabras de este ciudadano argentino.