Argentina hizo una reserva de dosis. La doctora Andrea Uboldi, experta en vacunología y ex ministra de Salud de Santa Fe, aclaró que nuestro país también está en tratativas similares con otros laboratorios y pidió establecer ya una planificación para cuando las vacunas estén probadas
Andrea Uboldi, médica infectóloga y ex ministra de Salud de la Provincia, dio detalles acerca de la vacuna contra el coronavirus conocida como Sputnik, que está produciéndose en Rusia y de la cual el gobierno de nuestro país ha comprado nada menos que diez millones de dosis.
“El gobierno nacional está buscando alternativas para el tratamiento de la enfermedad; por eso, está en tratativas no sólo con su par de Rusia, sino también con otros laboratorios, como el que está desarrollando la vacuna Oxford”, aclaró la médica. “Todas las vacunas están en fase 3, por lo que lo que se ha hecho es un reserva de dosis para el momento en que las mismas estén probadas”. Esto se consumará, de acuerdo a lo explicado por la doctora, cuando “las personas inoculadas voluntariamente no presenten problemas de salud y cuando éstas, en comparación con las que no se vacunaron, estén en mejores condiciones de salud”.
Uboldi, experta en vacunología, aclaró que “tanto la Organización Mundial de la Salud como el ANMAT – ente rector en Argentina – exigen que la vacuna complete su fase 3” para certificarla. “Los tiempos que demande esto pueden variar entre 90 y 180 días, pero una vez cumplido ese tiempo, un organismo externo – que no haya estado involucrado en la producción y el desarrollo de la vacuna – deberá analizar los resultados”.
“Mientras tanto hay que prepararse”, anticipó Andrea: “hay que decidir qué grupos van a vacunarse; qué número de gente hay, dónde está ubicada y cómo se va a distribuir en esos lugares la vacuna; con qué personal se cuenta para vacunar; cómo va a cuidarse la cadena de frío”.
En cuanto a la población prioritaria para la vacunación, la médica dijo que pueden establecerse según su edad, su ocupación y otros elementos, pero siempre en adultos, ya que las dosis de pruebas no se han aplicado a niños ni embarazadas.
“Más allá de cuál sea la vacuna, lo que hay que hacer es planificar. Cada región debe estudiar sus capacidades, sus formas de registro, su situación epidemiológica, etc. Hay que poner mucha fuerza y estamos contra reloj”.