La quema de las islas fue uno de los problemas más graves que vivió, como testigo, el pueblo rosarino. El ecocidio, la destrucción sin compasión del humedal, generó un movimiento político que sorprendió en volumen real y virtual. El problema medioambiental, con pocas respuestas y compromiso político, hizo que en la comarca rosarina converjan voluntades proteccionistas que se hicieron oir en todo el país. Ante la exposición mediática e interés popular muchos sectores partidarios de la política legislativa se veían quedar fuera y no representar la preocupación de sus votantes, por ello aparecieron una veintena de proyectos para limitar usos y no permitir el ecocidio camuflado en pos de ganancias de un manojo de empresarios.
Se está viviendo un “ecoterrorismo de Estado porque las fuerzas represivas terminan estando al servicio de los capitalistas que viven de extraer las riquezas de la tierra sin ningún tipo de pudor, sin ningún tipo de estudios sobre el impacto medioambiental, ni ética alguna”, sentenció Ezequiel Cavallero integrante de Autoconvocades por el humedal.
El 2020 quedará en la memoria por problemático, por el miedo que generó la pandemia y todos los inconvenientes del espectro económico. El combo es negativo por donde se lo mire y analice aunque hay construcciones colectivas que harán el aporte positivo y plausible del año. Debate político, cabildeo y multiplicación de una preocupación transversal fueron algunos de las tantas líneas de acción de las y los militaes por el medioambiente de Rosario y la región. Desde el espacio de Autoconvocades por los Humedales destacan que “es importante la Educación. Por ejemplo, quienes estudiamos en la década del ochenta se empezó a preocupar por la capa de ozono y el reciclaje. Todos fuimos aportando cuando la humanidad se dió cuenta que teníamos prácticas poco saludables u homicidas”, explicó Ezequiel Cavallero al programa Una Tarde Perfecta.
La Multisectorial y el grupo de Autoconvocades por la Ley de Humedales sostuvieron varias protestas callejeras y virtuales, como así también dos acampes: uno en la Plaza San Martín del centro de Rosario y el otro en la vera de la conexión con la localidad entrerriana de Victoria. Prometen que los temas seguirán expuestos por militantes de las diferentes regiones de la provincia porque hay temas que siguen preocupando, “en los pueblos siguen tomando agua contaminada con arsénico, con glifosato” mencionó Cavallero en LT8.
La extrema sequía de este año y el bajo caudal del río Paraná, en mínimos históricos desde la década del setenta, favorecieron la propagación del fuego, que no encuentra los cursos de agua que suelen actuar como cortafuegos naturales, y complicó las tareas de extinción. La justicia investiga a algunos empresarios ganaderos sospechosos de estar detrás de la catástrofe ambiental.
Cierra el año y desde las organizaciones piensan en seguir con acciones políticas y promoción de conciencia, “a futuro la idea es intentar promover espacios, difusión de acciones y apoyar luchas como la de los desalojos”, dijo Cavallero.