El médico Tomás Montes relató en “Todos en la 8” su experiencia como voluntario al aplicarse la vacuna de Pfizer. Afirmó que no tuvo efectos adversos y que en Argentina participaron 4500 personas de la investigación. “Existen intereses económicos muy fuertes de los laboratorios y los gobiernos”, indicó. Hoy se conoció a través de declaraciones del presidente ruso Vladimir Putin, quien tiene 68 años, que la vacuna rusa contra el coronavirus no se recomienda todavía para personas mayores de 60 años.
“En lo personal tuve dos neumonías y no quería correr riesgos, me apliqué la vacuna en abril, y la segunda dosis en mayo. Después no tuve efectos adversos graves, me anoté como voluntario, creo que somos 4500 personas aquí en Argentina que nos anotamos como voluntarios para que nos apliquen la vacuna. Prefería correr el riesgo de aplicarme la vacuna y no enfermarme de covid” explicó el médico Tomás Montes. Al tiempo que remarcó “El vínculo con el voluntario es excelente, el seguimiento que hace Pfizer es muy bueno, es una vacuna distinta, más moderna, nueva, con el sistema de ARN mensajero, eso me dio bastante confianza para que me la apliquen”.
A su vez, el doctor Montes describió “Todo el tiempo chequean todas las variables, nos dieron la primera dosis y tenés que colocarte la segunda a los 28 días. El compromiso es largo, son dos años, uno se compromete con la información y el seguimiento durante 24 meses”.
“El único aspecto negativo de la vacuna de Pfizer es que debe ser transportada y almacenada a 80 grados bajo cero. Me dí esa vacuna porque creí que era la mejor opción. De todos modos, considero que deben seguir las investigaciones. Hay incógnitas todavía, como la duración de los anticuerpos en cada organismo, si esos anticuerpos permanecen dos meses, seis, o más tiempos. Existen intereses económicos muy fuertes de los laboratorios, y también de los gobiernos”, sostuvo Montes.
A fines de julio Pfizer afirmó que proyectaba tener la vacuna contra el coronavirus lista para fin de año, pero ya en ese momento advirtió que la disponibilidad dependía de las entidades regulatorias y la capacidad de logística de cada país.
“La vacunación de voluntarios se centró en el Hospital Militar de Buenos Aires, fue un gran desafío para los investigadores, los voluntarios formamos parte de una base de datos que aporta la misma Pfizer”, concluyó el médico Montes.