La pandemia por el coronavirus puso a prueba los límites de tolerancia y ansiedad de todas las personas del mundo. A casi un año de vivir con medidas de aislamiento y temores de contagio la sociedad en general configuró la sensación de encierro y claramente muestra niveles de hartazgo y/o rebeldía generalizada. Podemos detenernos a pensar que les pasa, y qué sucede con las y los adolescentes que esta coyuntura los encuentra en una etapa de pleno desarrollo y crecimiento, de transición de la infancia a la edad adulta, con cambios físicos, emocionales y mentales. En tiempos en que deberían estar yendo a la escuela y compartiendo momentos con sus pares, los y las adolescentes están adaptándose a una nueva normalidad de estudiar y de conectarse con los demás.
“Nosotros estamos en un momento de pandemia. Que no depende de nuestros deseos, de nuestras fantasías, el conflicto del edipo, no depende de nada de eso. Si es importante el lugar que le damos a la salud y que tiene un lugar diferente para cada uno y que es una amenaza real para la vida de todos”, dijo la profesora Stella Firpo sintetizando en ésta definición las sensaciones y sentimientos de éstos tiempos que estamos transitando con la COVID19 multiplicándose por el mundo.
Sin dudas que ésta coyuntura “produce un impacto, tiene una cualidad desorganizadora en el psiquismo, de todos, niños, jóvenes, adultos, mayores. Cuando esto impacta de modo disruptivo, a veces, no lo queremos reconocer, pero tenemos distintos mecanismos para intentar eludir algo que nos da mucho miedo. La negación es uno de ellos, por ejemplo: no existe, nos quieren encerrar, ahora quieren poner las restricciones, yo tengo mis libertades individuales, o simplemente que es un gripe” reflexiona la psicóloga sobre los modos de la negación como también en el mismo sentido, “la negación es buscar un cuco. Encontrar un cuco, que son los jóvenes”, conceptualiza Firpo.
Las y los adolescentes están en “un momento altamente conmocionante de constitución subjetiva”. Están entre lo regresivo de la infancia, lo progresivo de la adultez, y es parte de su territorio lo transgresivo. ‘Romper lo impuesto’ es parte de salir de la mirada de los padres”, describe la psicóloga Stella Firpo de la Universidad de Rosario al programa Una Tarde Perfecta.
Epidemiólogos y expertos han expresado que la franja etaria de mayor contagiosidad está entre los 18 y 40 años. La doctora Firpo eligió ese dato médico para referir a que ‘los adolescentes’ que están dentro de esa amplia franja de edades pero son los elegidos a la hora de encontrar un culpable. Hoy son las pibas y los pibes. La historia muestra que no es novedosa la práctica de encontrar o construir consensos populares, y así responsabilizar a ‘un otro’. Se da con diversidad de motivos, sectores sociales y formas de construir ese cuco que actuará como una verdad revelada, pero la realidad es que está construida por el interés de la negación, poner un chivo expiatorio. Los adolescentes están en el foco de la crítica. También es posible reconocer e identificar que en las sociedades occidentales se grafica la negación y el desvío de la responsabilidad en un tercero, en otro. Por ejemplo echar culpas a los extranjeros cuando hay problemas de trabajo, o es que el problema de es de los negro o de los judios o de los homosexuales” describe Firpo.
“Un fracaso se construye, no se improvisa”, explica la psicóloga ante la consulta de “las fiestas clandestinas que convocan unas 500, 200 o 100 personas. Eso es un fracaso para la salud, para el sistema, para el cuidado, para la solidaridad. No hay nada con tanto nivel de transgresión que se arme por un adolescente, con un joven, necesita una maquinaria de silenciamiento y complicidad que permita la organización de esa ilegalidad o clandestinidad”, dijo Stella Firpo de la Facultad de Psicología de Rosario.
La profesora universitaria eligió dos frases para referenciar la idea de la creación de un cuco, y así la configuración de un responsable absoluto del problema general, que en este caso, azota a gran parte de la Tierra. La primera frase elegida fue: “No hay esperanza para el futuro en tanto dependa de la frívola juventud de hoy”. Y la segunda frase expresa que: “Los jóvenes de hoy están maleducados. No tienen ningún respeto por los mayores. Charla en vez de trabajar”. Sorprende a los oyentes cuando revela que las expresiones no son contemporáneas. La primera pertenece a Hesíodo registrada en el Siglo octavo antes de Cristo y la segunda a Sócrates pronunciada en el Siglo cinco antes de Cristo.
Es recomendable visitar y leer la website de UNICEF (el capítulo para la niñez de la Organización de Naciones Unidas) que ha publicado diferentes textos con recomendaciones para este sector de la población. Una de las producciones que refiere a éste segmento etario: Cómo pueden los adolescentes proteger su salud mental durante el brote de coronavirus (COVID-19) https://www.unicef.org/es/coronavirus/como-pueden-adolescentes-proteger-su-salud-mental-durante-coronavirus. Otra fuente fiable y segura para buscar información y consejos es la website de la Sociedad Argentina de Pediatría: https://www.sap.org.ar/.
Foto: UNdeP.