Pidieron este régimen para el condenado por el crimen del arquitecto Procopio. Su hermano sostuvo que “el sistema de salidas transitorias es un mero trámite que a la Justicia no le importa”.
El 24 de agosto de 2015 fue asesinado en plena calle (Constitución y Cerrito) el arquitecto Sandro Procopio. Sandro era hermano de Pablo Procopio, periodista de LT8 y La Capital.
Días atrás, la defensa de Matías Cofano, de 34 años y condenado en 2018 a nueve años de prisión por los delitos tipificados en la comisión del crimen, pidió flexibilizar el régimen de salidas transitorias en favor del acusado. Pablo no tardó en manifestar su malestar por esto en redes sociales, y amplió su pensamiento en el programa “El Primero de la Mañana” de LT8.
“Me puse a pensar en la gente que no puede hacer visibles situaciones como ésta”, destacó Pablo. “Por momentos, los funcionarios de la justicia parecen hacer meros trámites sin importarles el contexto y el dolor de una familia, porque esto lo lleva uno de por vida”.
“De un día para el otro me preguntaron si quería participar de una audiencia en la que el acusado apeló su régimen de salidas transitorias que ya le habían concedido“, continuó el periodista, quien no escatimó en dar nombres propios: “La fiscal Karina Bartocci ya había participado de una audiencia de la que nunca nos enteramos, en la cual no se opuso a esa posibilidad para este criminal de altísima peligrosidad (que salía en un remís trucho a robar y a matar y que, tengo entendido, trabajó en la Municipalidad), aún antes de que se cumpliera el plazo que fija la ley”, exclamó. “El juez convalidó el pedido hecho por una abogada defensora pública que está todo el tiempo diciéndoles qué resquicios legales tiene para poder salir. Y mi hermano y yo no tenemos a nadie”.
“Uno se siente desamparado al tener que mirar a la cara al acusado – algo que pedí que me evitaran, pero sin éxito – y soportar que alguien pida que se flexibilice lo que ya le dieron y todavía no cumplió”, detalló Procopio. “Y es que la jueza camarista no sabe que es lo que pasa; tiene audiencias todos los días, una detrás de la otra, y sólo mira el informe de la defensa”.
Pablo también expicó que, increíblemente, la jueza le dijo que no había relacionado el caso de su hermano con la audiencia en sí. “No les importa nada. No quiero que esta persona esté en la calle porque nos genera miedo. La diferencia entre él y nosotros es que no queremos vengarnos matándolo, pero sí queremos que cumpla su condena, porque parece que todo estuviera preparado para obtener la salida transitoria”.
Otro dato aportado por Pablo es que de cada 10 mil personas que salen bajo este régimen, 3.000 no vuelven. “Y el Estado no las persigue porque no le interesa”, aseveró.
“Afortunadamente, la camarista no convalidó el pedido de la defensa. Pero la situación puede repetirse”, señaló. “Otra cosa increíble es que descubrí que usa redes sociales dentro de la cárcel, lo cual está prohibido. Luego va a la audiencia y dice que está arrepentido, pero que sabía perfectamente lo que hacía. Y además, tienen el discurso de que no sabía lo que hacía por estar bajo los efectos de la droga, pero si decidió escapar después de matar a mi hermano, sí sabía lo que hacía”.
Para peor, el condenado “mantiene un silencio cómplice con respecto a la persona que lo acompañaba cuando mató a mi hermano. Por eso, le pedí a la jueza que le preguntara dónde está esa persona que se encuentra prófuga: Pero no; no se juegan la jueza ni el fiscal, porque están mucho más cómodos de esa manera”, concluyó.