Fernando Riberi, padre de uno de los 39 alumnos de la Escuela Integral de Fisherton contó en “Todos en la 8” cómo viven en Bariloche el viaje de egresados.
“Salimos el domingo con un control muy estricto. Los chicos querían mantener la tradición de viajar en el micro, de cumplir el sueño de su viaje de estudios. Se reservó la planta baja del ómnibus por si alguien se contagiaba. Todos se hicieron el test de PCR antes, para saber que no tienen el virus. Somos 39 chicos más dos coordinadores”, relató desde Río Negro, Fernando Riberi, padre de uno de los alumnos de la Escuela Integral de Fisherton.
Al mismo tiempo explicó que “Si bien confluyen distintos colegios en el hotel, tenemos burbuja en dos pisos, allí con otra escuela vamos a los boliches, no nos cruzamos con otros grupos. Hicimos la excursión a Circuito Chico, nos fue muy bien, fuimos al Cerro Catedral, aunque no había nieve, creo que Bariloche es una ciudad hermosa todo el año”. Y luego señaló “Los chicos van a bailar, los boliches los abren en distintos horarios, los coordinadores hacen un trabajo enorme para mantener a los chicos controlados. Tenemos un sector para padres, nos quedamos ahí, la ocupación está al 50% en un boliche. Siempre nos manejamos con la burbuja de este colegio de Entre Ríos, creo que los chicos lo están pasando muy bien y disfrutando de su viaje de egresados”.
Cabe destacar que cada grupo tiene un piso asignado para las habitaciones y los espacios de uso común están reducidos al mínimo. Tienen turnos en el comedor para el almuerzo y la cena, y durante las excursiones solo pueden cruzarse con los mismos estudiantes que se alojan en ese hotel. Los chicos solo pueden salir del hotel para subirse al micro de las excursiones y de ningún modo pueden recorrer ni pasear por la ciudad. Los controles son rigurosos, pero el sueño del viaje de estudios se hace realidad para los alumnos de la Escuela Integral de Fisherton.
Fuente Entrevista de LT8 y Diario La Capital.