El secretario general del sindicato que agrupa a los choferes de ese servicio, Hugo Gianotti, consideró que el problema central es la violencia que los delincuentes le imprimen a los robos que cometen, si bien la cantidad de los mismos ha bajado.
Los taxistas están preocupados por el marco de inseguridad en que desempeñan su labor actualmente. A diario, los choferes sufren robos y agresiones.
Así las cosas, Horacio Gianotti, secretario general del Sindicato de Peones de Taxi de Rosario, considera que “si bien hay presencia policial importante, pero la ciudad está cada vez más violenta y a consecuencia de ello, los últimos robos acarrearon compañeros lesionados”.
Ante este nuevo estado de cosas, Gianotti considera que “debe aplicarse una ordenanza que data de hace unos 10 años y que obliga al servicio público y los titulares de las unidades a colocar una mampara antivandálica, y no sólo para combatir la inseguridad, sino también para evitar contagio de covid y discusiones entre choferes y pasajeros”.
El sindicalista reconoció que “hubo una disminución considerable en la cantidad de robos que hemos sufrido y hay un esfuerzo importante del Ministerio de Seguridad provincial, con el cual elaboramos un plan de trabajo conjunto. Por ejemplo, la idea del tabique divisorio fue nuestra, en tren de aportar ideas y de ayudar a encontrar soluciones. Por eso, haremos una exposición ante la Comisión de Seguridad del Concejo Municipal, la semana que viene”.
El tema ecomómico siempre es sensible. Gianotti dijo: “No están trabajando los 4000 taxis que están registrados; hay menos unidades en el turno noche, pero igualmente hay una sobreoferta de taxis. El taxista trabaja a porcentaje, si bien tiene un ingreso mínimo asegurado de 30 mil pesos, y la recaudación ha bajado, pero no perdemos la esperanza de que se reactive la actividad”.