En un discurso con el que abrió la carrera electoral con vistas a octubre, el presidente Alberto Fernández inauguró el 139° período de sesiones ordinarias del Congreso con una dura embestida contra el gobierno de su antecesor, Mauricio Macri, al que prometió investigar por administración fraudulenta y malversación de caudales públicos. Asimismo, propinó una crítica inusitada al Poder Judicial y anticipó que propondrá reformas para acotar el poder de la Corte Suprema.
El discurso, de casi dos horas de duración, pareció estar dedicado casi por entero a la vicepresidenta Cristina Kirchner al enfatizar que no propiciará medidas de ajuste en el gasto, que las tarifas se mantendrán congeladas durante los próximos meses y eludir cualquier anuncio destinado a la reactivación de la economía y al sector privado. Apostada a su lado, la vicepresidenta asentía en los párrafos más severos que el presidente dedicó a la oposición y los medios de comunicación que él considera contrarios a su gestión.
No estuvo ausente el problema de la pandemia en su discurso y si bien no eludió el escándalo por la revelación del reparto de vacunas de privilegio para funcionarios y amigos del poder -sostuvo que hubo “errores” y que su decisión fue de “corregirlos de inmediato”-, prefirió extenderse en los esfuerzos del Gobierno para atender los efectos de la enfermedad, que ya superaron las 50.000 personas.
Si bien era previsible que el presidente Fernández arremetiera contra el Poder Judicial y la oposición, lo llamativo fue el tono inusitadamente duro que utilizó en su embestida.
“El Poder Judicial de la Nación está en crisis. Es el único poder que parece vivir en las márgenes del sistema republicano. Sus miembros (jueces, fiscales, defensores y demás funcionarios) disfrutan de privilegios de los que no gozan ningún miembro de la sociedad”, arremetió el jefe de Estado, y recordó que el Poder Judicial es el único estamento del Estado que no paga el impuesto a las ganancias.
Pero no quedó allí y les reprochó la falta de transparencia en la publicación de sus patrimonios. “En el caso de los miembros de la Corte Suprema, acceder a la declaración jurada de sus bienes es virtualmente imposible. La relación corporativa que los vincula, ha permitido que muchos de ellos permanezcan en sus cargos más allá del tope de edad que la Constitución impone”, en alusión a la jueza Elena Highton.
El jefe de Estado fue todavía más allá al cuestionar, ante la asamblea legislativa, el fallo de la Corte Suprema que otorgó el per saltum “a dos jueces ignotos” (Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi) que habían sido trasladados de sus juzgados originales durante el gobierno de Macri. También sin mencionarlo con nombre y apellido, embistió contra el fiscal Carlos Stornelli, quien investigó la llamada “causa de los cuadernos” que involucra a exfuncionarios kirchneristas y empresarios.
“Hay un fiscal procesado por delitos tan severos como el espionaje ilegal de ciudadanos o el de extorsión que sigue en funciones como si nada de esto lo afectara -enfatizó-. A él no se le aplica aquella doctrina que recomendaba la detención preventiva de personas cuando su “poder residual” pudiera afectar la investigación. Es cierto. Su poder no es residual. Está vigente.”
Acto seguido, anticipó la presentación de una serie de proyectos de ley al Congreso para insistir en la reforma del Poder Judicial. Primeramente, reclamó a los legisladores que avancen con los proyectos para modificar la Justicia Federal y la ley orgánica del Ministerio Público, ambos con media sanción del Senado y demorados por falta de apoyo en la Cámara baja. Luego prometió el pronto envío de una iniciativa para crear un Tribunal Federal de Garantías, una suerte de tribunal intermedio que absorberá algunas de las atribuciones que hoy tiene la Corte Suprema, como así también una modificación a la integración del Consejo de la Magistratura.
En el arranque de su alocución, Fernández despertó la primera ovación de la tribuna oficialista cuando cuestionó al gobierno de Macri y su política de endeudamiento.
“Endeudar al país de ese modo, permitir que los recursos que ingresaron solo hayan posibilitado la más asombrosa fuga de divisas que nuestra historia registra y que la toma de semejante crédito haya sido resuelta entre gallos y medianoche, sin intervenciones jurídicas y técnicas previas, con total irresponsabilidad y a espaldas de este Congreso Nacional, no puede ser visto de otro modo que no sea una administración fraudulenta y una malversación de caudales públicos como nunca antes habíamos registrado”, asestó el Presidente, quien, acto seguido, anticipó que instruirá “a las autoridades pertinentes” a que se formula querella penal contra los responsables.
Una vez terminado el discurso del presidente Alberto Fernández, el jefe del interbloque de Cambiemos en la cámara de Diputados, Mario Negri, interpeló al mandatario y cuestionó sus declaraciones. “Esperábamos que el Presidente se sobrellevara por encima de las diferencias, que pareciera un cóndor. Creo que no pudo pasar del avestruz, que quiere volar, pero sólo corre”, apuntó el parlamentario, quien señaló que el mandatario “ignoró los dolores más fuertes de la sociedad”.
Fuente La Nación.