En el debate planteado en el Concejo Deliberante de Rosario por el proyecto de ley denominado “Alcoholemia Cero” impulsado por el propio intendente de la ciudad, no todos los actores están de acuerdo con esa propuesta.
Es el caso de Fabián Pons, del Observatorio Vial LatinoAMericano (OVILAM), quien aseguró estar “de acuerdo con Alcoholemia Cero como utopía; o sea, que nadie tome alcohol si va a conducir. Lo que se puede establecer es que el límite a medir sea cero, porque el nivel de alcohol en sangre se mide con espirómetros, que es un aparato, y todo aparato, hasta el más sofisticado de la NASA, tiene margen de error”.
“Un espirómetro tiene 3 por ciento de margen de error en medición baja y hasta 20 por ciento en alta”, precisó Pons. “También pueden darse ‘falsos positivos’ por medicaciones particulares, por diabetes, por ayunos prolongados, etc. En toco el mundo se quiere adherir a la tolerancia cero, pero en un país como Suecia, que es de los más avanzados en seguridad vial, el límite es 0,3”.
En Rosario, la tolerancia cero rige para choferes de taxis, ómnibus y remises. Al respecto, el ingeniero expresó: “En general, esos conductores son más controlados por las propias empresas para las que trabajan. Pero las preguntas a hacerse son: ¿Se calibran los espirómetros? ¿Dónde se calibran? ¿Hay gente capacitada para su uso? Es una medida muy ‘tribunera’. No es aplicable y no genera soluciones. En las provincias como Córdoba la ley no sirvió y la siniestralidad aumentó”.
Uno de los argumentos del proyecto es que se busca desalentar toda especulación. Pero Pons, expresidente de CESVI también, negó: “No hay estadística que sustente esto. No hay que tomar nada de alcohol antes de conductir, en eso estamos de acuerdo, pero una cosa es predicar y otra cosa es medir con tolerancia cero, que es una aberración que puede ser explicada por cualquier estudiante técnico de secuindaria”.
Al cabo, el presidente de OVILAM resumió: “El cero no. El 0,3 está bien; es una convención social. El límite cero’ es perfecto pero no resiste el margen de error y se cometerán injusticias. Y por otra parte, hay que tener decisión para castigar como en Europa, donde las violaciones al límite establecido genera pérdida de la licencia por un año, pago de multa y hasta días de prisión. Así, no se espera a que un conductor mate ni a que se modifique el código penal. Pero hay que ver quién se decide a aplicar esto”.