Desde anoche, la Secretaría de Control y Convivencia lleva adelante operativos para seguir de cerca posibles festejos por el “último primer día” o UPD, como se conoce entre los jóvenes, la ya tradicional celebración de los alumnos de escuelas secundarias que comienzan el ciclo lectivo en su año de cursado final.
Los adolescentes, en especial los que concurren a colegios privados, suelen juntarse el día previo a que inician las clases, reuniendo a varios cursos y a veces incluso entre distintos colegios. Por lo general lo hacen en algún lugar alquilado, beben alcohol y al día siguiente antes de entrar a la escuela van caminando cantando, con redoblantes y tirando bombas de estruendo.
El objetivo del municipio fue evitar que consuman alcohol y tiren pirotecnia, y detectar durante la noche y madrugada si se están desarrollando esas reuniones en locales comerciales, como salones de fiestas, para desbaratarlas.
Esto último es lo que lograron los operativos, a partir de los patrullajes. “Sabíamos que en determinados colegios se iban a juntar jóvenes que habían contratado colectivos; seguimos al rodado para ver cual era el domicilio; y una vez arribado al lugar, cuando descendieron todos los chicos, se secuestró el colectivo y se lo llevó al corralón”, dijo en diálogo con la prensa la secretaria de control, Carolina Labayru.

“Al lugar empezaron a llegar jóvenes de 3 colegios distintos, entonces se le pidió intervención al fiscal, que ordenó que los 7 adultos sean derivados a la comisaria segunda para la búsqueda de antecedentes; mas los dos responsables de la vivienda, que la habían alquilado; y a los 68 menores, se dio intervención a la subsecretaria de la niñez, adolescencia y familia; quien ordeno que cada padre de los chicos vaya al domicilio a retirar a su hijo”, explicó la funcionaria municipal. El último de los chicos fue retirado por sus padres a las 5 de la mañana.
Por último, Labayrú adelantó que realizarán “una la denuncia penal contra la persona responsable de la vivienda; quien dio en alquiler la casa”.