Jóvenes y menores de 40 años internados con demanda de respiradores, es una de las particularidades de la segunda ola. Finaliza abril, se acentúa el crecimiento de contagios, y la virulencia de los efectos colaterales. Referentes del sistema sanitario encienden alertas sobre el nivel de colapso de la ciudad de Buenos aires y su área metropolitana, pero en particular el efecto expansivo sobre el resto del territorio argentino. Los expertos de diferentes extracciones ideológicas, institucionales y gubernamentales coinciden en la necesidad de restringir la circulación de las personas. Llevar a cero los encuentros sociales amistosos o familiares apuntados como los reales focos de contagios. Entre las alarmas encendidas está el monitoreo constante sobre la población que comenzó las clases y el efecto multiplicador que eso puede provocar.
En los laboratorios privados detectan y monitorean las franjas etarias más jóvenes contagiadas por el Covid19. “Vemos una demanda creciente, llegando a los límites que tocamos el año pasado. Incluso, hay que tener en cuenta que hay más laboratorios habilitados y la posibilidad de hacer el Test rápido de antígenos, también el hisopado. Más posibilidad de acceder al testeo”, informó el médico Fabián Fay, director de Laboratorios Civic. Agregó que “hay pedido para edades más tempranas. Quizá porque una familia necesita saber si se trata o no de una caso de Covid19”, dijo.
“El año pasado el monitoreo era para mayores. Éste año hay más pedido para adolescentes. Se observa que ha bajado mucho la edad promedio de los pacientes internados y que consultan”, comparó el doctor Fay. En el mismo sentido dijo que “la franja de positivos, en su mayoría, continúa siendo de entre 30 y 60 años. Acá lo que tenemos que hacer son hisopados en más adolescentes y encontrar los positivos. A lo mejor antes no se buscaban, no estaban tan expuestos. Hoy no llegamos a las tasas globales que llegamos a tener el año pasado”, explicó.
¿Cuales son los diagnósticos Covid19 vigentes en Rosario?. “El diagnóstico es buscando el virus. Se puede buscar por ‘PCR’, o sea, el método estándar y el de mayor sensibilidad. O se puede buscar con un test rápido que es el antígeno, una tecnología directa. Menos sensible que el PCR”, explicó Fay. Aclaró que “si un paciente sintomático se hace un testeo de antígenos y da negativo, la recomendación del Ministerio de Salud es que se haga un ‘PCR’ y así descartar o confirmar el diagnóstico del Test Rápido”.
Las cifras a nivel nacional. Según el informe de Télam, los datos difundidos la semana pasada por el Ministerio de Salud, en el inicio de clases en la Argentina los casos notificados de la población en edad escolar se encontraban por debajo de los 3.800 por semana, pero 15 días después se acercaban a los 5.000, en coincidencia con el comienzo del ciclo lectivo en 17 jurisdicciones.
Ya en la semana 11 (a mediados de marzo) los casos confirmados en población en edad escolar superaban los 5.000 y en la siguiente se ubicaban por encima de los 7.500 semanales, marcando un aumento significativo. En la semana 13 (finales de marzo e inicios de abril) los casos crecieron por encima de 10.000 y en la siguiente alcanzaron los 12.500, de acuerdo al gráfico que reúne los datos según la fecha de inicio de síntomas.
Una encuesta de la OMS ha revelado que, a pesar de los progresos realizados en comparación con la situación imperante en 2020, más de una tercera parte de los países encuestados (el 37%) siguen registrando perturbaciones en sus servicios de inmunización sistemática.
Las campañas de inmunización a gran escala también están interrumpidas. Según los nuevos datos, 60 de estas campañas que salvan vidas están actualmente aplazadas en 50 países, lo que expone a unos 228 millones de personas –la mayoría niños– al peligro de contraer enfermedades como el sarampión, la fiebre amarilla y la poliomielitis. Más de la mitad de estos 50 países afectados se encuentran en África, lo que pone de manifiesto las desigualdades persistentes en el acceso de la población a los servicios fundamentales de inmunización.