El diputado provincial Joaquín Blanco fue uno de los primeros en llegar, temprano en la mañana de hoy, a la Biblioteca Argentina de Rosario, el lugar dispuesto por el Partido Socialista para entregar las muestras de respeto por el fallecimiento del exgobernador.
“No lo puedo creer”, admitió. “La muerte de Miguel es una pérdida irreemplazable, que deja un vacío enorme en la política y la sociedad. Fue un referente en todo sentido; íntegro, incansable”.
Blanco fue uno de los que acompañó hasta el último momento de vida de Lifschitz a la compañera de vida de éste, Clara García. “Ella es una compañera de bloque que sobrellevó esto con una entereza admirable. Y estamos muy agradecidos por las muestras de afecto de todo el país: mucha gente le deseaba su recuperación; hizo cadenas de oración y promesas, tratando de acompañar a él y a su familia. Miguel la peleó hasta el último momento y un poco de todo lo que sembró lo se está cosechando ahora”.
Puesto a destacar algunas virtudes de LIfschitz, Blanco no vaciló: “Representó un ejemplo impresionante por su obra y su forma de ser, totalmente generosa, austera y muy humilde. Una persona con convicciones y un militante todo terreno que trataba a todos como pares y que todo el tiempo les dio espacio a los jóvenes y a las mujeres y eso, en política, es muy fuerte”.
El parlamentario concluyó: “No tenía descanso y dedicó su vida a un ideal, a transformar las cosas. Cada lugar de la provincia y cada barrio y esquina de esta ciudad que él amaba profundamente, tienen la marca de algo que pensó o hizo él”.