Lo expresó Victoria Clerici, de la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular), quien recordó que el primer decreto dictado en tiempo de pandemia por el gobierno nacional considera esencial al personal aludido.
Hay sectores que, a pesar de ser esenciales, no han sido vacunados, siendo que sostienen, con su trabajo diario, el alimento de muchos rosarinos y rosarinas, a través de lugares como merenderos y comedores populares.
Victoria Clérici, del Movimiento de Trabajadores Excluidos, es portavoz del reclamo “para que se vacune a compañeros y compañeras, que en algunos casos, han perdido la vida por estar al frente de la atención comunitaria”. Recordó, en pos de ofrecer argumento, que el primer decreto de 2020 del gobierno nacional consideraba esenciales a quienes cumplen tales tareas, “porque desde el gobierno se entendió que sin los merenderos y los comedores no se podía sostener el aislamiento, como se sostuvo”.
“Planteamos que todos tengan sus dosis para que los riesgos para su salud sean menores; sobre todo, porque también tienen salud complicada – casos de hipertensión y diabetes, por caso – a causa de la situación de miseria en que se vive”, recalcó. “Un 85 por ciento no tiene agua, cloacas ni luz. Y en Rosario hay unas mil personas que llevan adelante esta tarea comunitaria, para que no nos explote en la cara lo que sucede en lo más profundo”.
Victoria alguna vez llevó adelante el censo de Barrios Populares y opinó sobre el relevamiento que llevó adelante la municipalidad de Rosario, sobre la cantidad de personas que se dedica al “cirujeo”: “No tiene un fin en sí mismo; sólo se hizo para sacar el acopio (de materiales desechados) del centro de la ciudad. El Estado aporta algunas políticas interesantes, pero está muy desordenado tanto en la ciudad como en la provincia y la nación. No contempla una planificación de higiene urbana y salud social. pero ni cómo sostener esas políticas en el tiempo”
“Porque cuando pase la pandemia, ¿qué va a pasar?”, planteó, antes de finalizar: “No queremos volver a la ‘normalidad’ de miseria y hambre, que se acrecentaron. Hay que parar la pelota para discutir sobre eso”.