Herbicidas y fungicidas, entre otras sustancias, son las responsables de anomalías detectadas en el sistema reproductor y el hígado de las ranas que habitan los ambientes relevados por profesionales de la universidades del Litoral y del Nordeste.
En un estudio recientemente publicado en una revista científica de tirada internacional, investigadores de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral evaluaron los efectos de la exposición a agroquímicos en las ranas que habitan en dos arroceras, ubicadas una en Snata Fe y otra, en Chaco.
Lucila Curi, quien también es investigadora del CONICET, detalló la labor realizada: “Analizamos, con cortes denominados histológicos, los efectos en las gónadas y en el hígado de estos anfibios, observándose alteraciones a nivel celular y en la espermatogénesis. Es difícil explicarlo sin mostrar las imágenes, pero queda claro que la exposición a los agroquímicos afecta a esos órganos, que son claves; las gónadas, porque intervienen en la producción de espermatozoides, y el hígado, porque depura las sustancias tóxicas”.
“El paquete de agroquímicos que se emplean en las arroceras es enorme”, explicó Lucila, “pero pueden nombrarse los herbicidas como el glifosato, los fungicidas y los insecticidas”.
La pregunta que emerge con naturalidad, una vez descripto el panorama, es ¿qué pasa con ese arroz que consumimos?: “Esa es otra vía de investigación. No podemos asumir que ese alimento esté contaminado, pero sí decimos que el ambiente de esas arroceras es perjudicial. Y quiero aclarar que usamos animales como referencia porque lo que les sucede puede homologarse a lo que pueda sucederles a las personas”.
Como dato final, Lucila describió que otro estudio, revelado en 2018, mostró enormes diferencias a favor de “las plantaciones agroecológicas que no usan sustancias tóxicas en el cultivo de arroz, en detrimento de los cultivos tradicionales”.