Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas, opinó que no habrá desabastecimiento porque pagando más caro se consigue hacienda, y con los principales sustitutos de carne vacuna, el pollo y la carne, el mercado está bien provisto.
No hubo acuerdo entre el gobierno nacional y la mesa de enlace del sector ganadero, el cual decidió sostener su medida de protesta (el cese de comercialización) hasta el miércoles que viene, inclusive.
Daniel Urcía, presidente de FIFRA (Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas), calificó la situación imperante como “complicada, porque hay dos facciones defendiendo sus ideales; el gobierno, que suspendió las exportaciones en una decisión que todos consideramos equivocada, y el campo, que como respuesta declaró el cese de comercialización y ahora lo extendió, lo que es un error como el del gobierno. Todo esto coloca a la industria, el comercio, el transporte, las carnicerías y los consumidores en situación de daño, un daño que no se revierte: escasez de producto con mayor tensión de precios”.
Aún con el panorama que describió, el doctor Urcía no cree que se llegue al desabastecimiento: “Aunque pagando más, se consiguió y se faenó algo de hacienda, por lo cual habrá reparto de carne (más cara) mañana. Mientras tanto, los pollos y los cerdos se faenaron igual. Por eso creo que habrá escasez. Y en cuanto a los precios, no tengo una referencia de su tendencia de precios, pero sí, de que cuesta más caro no sólo adquirir hacienda sino comprarla en el (mercado de) Abasto. Así que cada comercio verá a qué precio pondrá los cortes”.
El empresario reconoció que es improbable que los precios que hoy suban vayan a retroceder. “En este contexto inflacionario, aún cuando se lograra bajar el precio de la hacienda, es difícil el que carnicero pueda hacerlo, porque aumentaron el costo de la energía eléctrica, los impuestos y el salario de sus empleados. Si vende menos los costos le impactan más”.
Urcía mostró su desacuerdo con la medida gubernamental: “Sabemos que el cierre de exportaciones no mejora los precios internos porque desincentiva la producción y reduce la oferta. Esperamos que el gobierno revise esa medida, pero también es un error prolongar el cese de comercialización. Creemos que cuanto más rápido se levante, se minimizarán los daños”.
“Hay responsabilidad contractual con proveedores y compradores y la cadena de pago se resiente”, enumeró, “Y el empleado es el que más sufre, porque mucho del personal de la industria exportadora cobra incentivos por productividad; por eso, pierde de manera directa, y esas familias que proyectaron sus gastos en función de otros ingresos pasan una situación difícil”.
“El Estado debió haber previsto el daño que se provocaría”, sentenció.