Rosario tiene unas 10 mil personas que trabajan en el sistema de cadetería o delivery que abastece a la ciudad de los productos más variados a lo largo de todo el día y parte de la noche. La crisis y principalmente la irrupción de la cuarentena hizo crecer de manera exponencial la cantidad de trabajadores que se sumaron al rubro desde marzo del año pasado. Se estima que creció entre un 30 y un 40 por ciento.
Gustavo Yedro es el titular del Sindicato de Cadetes de Rosario y contó que la cantidad de gente que trabaja en la actividad cada vez aumenta más. “En cuanto a la cantidad de cadetes esto aumentó cada vez que hay una crisis. Los que se quedan sin trabajo agarran lo primero que pueden y suele ser la moto o el auto para hacer algún remís trucho o algún servicio de cadetería y esto precariza más nuestro trabajo”, explicó
“Hay aproximadamente 10 mil cadetes trabajando en Rosario. Con el comienzo de la cuarentena se aumentó entre un 30 y un 40 por ciento. También se ha incrementado el trabajo, hay que reconocerlo”, agregó.
Con respecto a las remuneraciones, Yedro afirmó que “el cobro es bastante desigual”. “Hay compañeros que cobran por hora, otros por envío, por distancia y esto tiene que ver con la irregularidad que se realiza la actividad. Hay compañeros que ganan 500 pesos por hora y otros 250 pesos. Los que hacen mensajería entre 80 y 350 pesos el viaje”, indicó
“Además, hay muchísima presión para que la comida llegue calentita o para que el sobre llegue rápido”, continuó.
Con respecto a la inseguridad que sufre el sector por la exposición en la calle, remarcó que nunca dejaron de sufrir robos. “En nuestra actividad nos exponemos permanentemente al robo porque nuestra herramienta de trabajo que es la moto es muy buscada por la delincuencia. Esto se ha incrementado muchísimo a partir de la cuarentena porque circulamos solamente nosotros de noche. Somos muy vulnerables a los robos. Es permanente”, destacó.
“Los robos son diarios, robos, intentos de robo y tuvimos hasta casos de compañeros fallecidos por estos hechos. Todas las recetas que han implementado han sido insuficientes. Me parece que si quieren resolverlo tienen que cambiar las recetas que vienen haciendo históricamente y la inseguridad sigue y se incrementa cada vez más. El compañero que trabaja de noche va asustado. Lo hace porque no le queda otra y tiene que llevar una moneda a la casa. Si lo podrían evitar lo evitarían”, concluyó.