La afirmación corre por cuenta del doctor Hugo Pizzi, infectólogo asesor de la presidencia de la Nación. “Los que se vacunen sin haberse enfermado todavía, tendrían una inmunidad de dos años”, agregó. No obstante, destacó que es imprescindible mantener la disciplina social, en referencia al respeto a las medidas sanitarias.
El escenario epidemiológico podría tener una proyección esperanzadora y en corto plazo. Así lo cuenta el doctor Hugo Pizzi, infectólogo y asesor de la presidencia de la Nación: “De acuerdo a nuestra estadística, quien tuvo la enfermedad y luego se vacunó, aparentemente su inmunidad es permanente. Nada hay que diga que no va a ser así”.
Pizzi mencionó que el estudio realizado estuvo a cargo del Instituto de Virología de la Facultad de Medicina: “El trabajo ya se publicó en 15 países y está trducido a varios idiomas, y también estipula que de toda la gente vacunada con una dosis de la Sputnik, el 85 por ciento está protegido, y los que tienen ambas dosis, su protección es de 99,6 por ciento”.
“Para los que se vacunen sin haber padecido la enfermedad, la inmunidad llegaría a dos años”, precisó.
“Hay otros trabajos similares en el mundo que aseguran lo mismo”, agregó Pizzi, para luego explicar con claridad: “Cuando uno se enferma, al organismo entran millones de virus que lo atacan, pero el organismo los identifica y produce unos soldaditos llamados linfocitos que saben que si mañana esos agresores vuelven, van a saber defenderse. Èsos son los anticuerpos. Por eso, si pongo una vacuna, pongo sólo una fracción de virus y eso eleva los anticuerpos de forma exponencial, lo que genera una inmunidad equilibrada y armónica”.
El médico estimó que “si se mantiene la continuidad de envío de vacunas y el Instituto Richmond de Buenos Aires empieza a producir, más lo que nunca dejó de producirse en el instituto de Pilar y lo que vaya a comprarse, para fines de julio o principios de agosto tendremos un llamativo cambio de la situación. Porque cuando se vacuna se nota, aunque sea poquito”.
Pizzi hizo notar, además, que “en terapia intensiva ya no está el grupo que más sufría al principio, que es el de la gente mayor, porque el grueso de esa población está vacunado”. Y además hizo una especie de análisis de mercado: “Un detalle fundamental es que, cada vez que avancemos en la vacunación, la oferta de vacunas va a ser mayor. Es así: los privados observan en qué lugar se vacuna más y la ofrecen”.
Después de sus estimulantes consideraciones, el doctor se manifestó a favor de la intermitencia entre medidas restrictivas y flexibilizaciones: “En europa dio mucho resultado. Se trata de hacer cierre, apertura, evaluación, diagnóstico y vuelta a empezar. De todos modos, los que evaluamos proponemos; después, están los políticos y los economistas que analizan y deciden”.
Independientemente de esta Luz al final del túnel que podría estar viéndose, Pizzi expresó: “De esto sólo se sale con vacunación y disciplina, pero en este último caso, lo que sucede es insólito, porque parte de la sociedad no ayuda y nunca ayudó. Eso debe cambiar sustancialmente”.