El titular del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario, Andrés Gariboldi, manifestó preocupación por la cantidad de locales que salieron del mercado de alquiler para ir al de ventas.
Andrés Gariboldi, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios, presentó un relevamiento que la nombrada institución realizó junto a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario, durante el mes de mayo, el cual refleja cómo se ha comportado el mercado de alquileres en cuanto a morosidad y otros aspectos.
“Lo hacemos desde 2020 y nos muestra que la morosidad está en el orden de 5 ó 6 por ciento de mora sobre aproximadamente 50 mil contratos” para vivienda. “En el orden de alquileres para comercio, la mora asciende al 8 por ciento. En 2019, la mora promedio era de 2 ó 3 por ciento. La pandemia ha afectado significativamente; hay mucha gente que casi no tiene ingresos y por eso hace grandes esfuerzos para pagar”, defendió.
“Es preocupante ver cuán pocas unidades hay para el mercado locativo. La mayoría de los dueños de los inmuebles, en un mercado altamente atomizado, con una edad de entre 60 y 70 años, se encuentran con que su ingreso neto (incluyendo jubilación) no alcanza para vivir, por eso se corrieron del mercado de alquiler para ir al espacio de venta”, admitió. “El mercado de venta contiene unos 50 mil inmuebles; como hacía rato que no sucedía. Y es que el ingreso neto que percibe un propietario es bajo por la presión tributaria, las expensas extraordinarias, la asignación por mantenimiento, etc. Los niveles de renta están en lo más bajo que uno recuerde”.
En ese marco, el análisis del proyecto que se debate en el Concejo, el de establecer una sobretasa para las viviendas ociosas, lleva a Gariboldi a opinar que el intento es “equivocado. Los números que se manejan no están bien desmenuzados; los números del censo de 2010 no están bien precisados, y además, no puede legislarse con cifras de hace 11 años. Hay que tener una magnitud real de la problemática y abordarla desde allí”.
“Hay que ir hacia una política de incentivación, sentarnos todos los actores ligados a la parte de vivienda y ver cómo le ponemos marco a la solución habitacional. Debemos aumentar la cantidad de inmuebles que estén para alquiler y disminuir el nivel de desocupación de Rosario y los índices de pobreza. La construcción es una de las industrias que más puestos de trabajo puede generar y mejorar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad”.