El trabajo infantil atraviesa las distintas sociedades. Hay sectores que directamente utilizan a los menores como mano de obra barata y de fácil explotación. Además aparecen muy homologados en nuestra cultura el involucramiento de niños y niñas en el trabajo cotidiano, ya sea de los hogares con tareas menores, como así también en las estrategias de supervivencia, o sea, el cartoneo o changueo o cirujeo. Hoy, el jefe de gabinete de la Nación presentó el Programa de Fortalecimiento Federal para la Erradicación del Trabajo infantil. Santiago Cafiero, juzgó juzgó “moralmente inaceptable que haya pibas y pibes que estén destinados al trabajo, a la explotación laboral y no estén educándose o jugando”.
En marzo presentaron un informe sobre el Trabajo Infantil con varios vertientes de información segura con mediciones del Observatorio Nacional, como la OIT y la EPH. La directora provincial de Promoción del Trabajo Digo reveló que: “El 10% de niños y niñas que realizan alguna actividad productiva. Y sube a casi el 20% en el agro, en el sector rural. El trabajo infantil tiene que ver con la pobreza y las desigualdades estructurales”.
Según la medición del INDEC realizada en el Gran Rosario y el Gran Santa Fe “en el primer semestre del 2020 tuvimos un 56.3% de pobreza infantil. Mientras que en el segundo semestre subió al 57.7% la pobreza entre cero y catorce años, porque tiene un impacto directo en el trabajo infantil”, detalló Medina.
“En la gestión anterior y determinadas políticas de ajuste hicieron que se profundice la desigualdad. Una de las políticas públicas, que tiene una década de experiencia, son los Centros de cuidado. Articulan con municipios y comunas que hay presencia en todo el territorio provincial”, explicó Fernanda Medina al programa Trascendental. Y agregó que: “Dispositivos territoriales que funcionan en espacios físicos que se destinan desde los municipios y comunas. Allí se arma un equipo de profesionales que se dedican cuidado, diferentes actividades de educación, recreativas. En los horarios que lo determine ese territorio. Según las capacidades que tengan los vecinos o comunas de armar los equipos”.
Hay una veintena en funcionamiento. Y “unos 15 o 20 que se van a agregar en las diferentes localidades”.
“Hay casos de fiscalización por la existencia de un empleador oculto, más ligado al agro, a lo rural. Pero, en el caso de una familia cartoneando, o sea una estrategia de supervivencia, donde uno lo ve y dice ‘cómo puede ser que esos niños estén cartoneando, trabajando’. La mirada no tiene que ser sancionatoria, ni punitiva. Porque, como Estado tenemos que acompañar no juzgar o tener ese tipo de enfoque, sino promover los Derechos”, conceptualizó Medina.