Un estudio realizado por un laboratorio determinó que la huella pertenece a uno de los principales acusados
Tras seis meses de investigación, la fiscal del caso de la muerte de Fernando Báez Sosa, Verónica Zamboni, anunció que las pericias sobre la zapatilla ensangrentada confirmaron que el calzado pertenecía a Máximo Thomsen, uno de los once rugbiers imputados por el crimen del joven en enero en la localidad balnearia de Villa Gesell.
El estudio realizado por el Laboratorio Scopométrico de la Policía Federal en Mar del Plata no sólo determinó que la marca de la zapatilla estaba sobre el cuerpo de Fernando, sino que su impronta coincide también con el pie de uno de los principales acusados del asesinato. Además, las pericias confirmaron otra impresión de un calzado, que era muy pequeña en tamaño, sin suficiente información para ser atribuida en los análisis. En el caso de Thomsen la marca era lo suficientemente grande como para asegurar un resultado.
Los pies de los once acusados fueron identificados con una técnica especial que incluye comparaciones fotográficas, lecturas de ondas de luz mediante un videoespectrómetro y el uso de tinta litográfica, que es la que se usa la toma de las huellas dactilares. Con esta pericia, la situación de Thomsen queda más comprometida, según publicó Infobae.
Ocho de los 11 rugbiers permanecen detenidos en el penal de Melchor Romero, mientras que otros tres se encuentra con prisión domiciliaria.
Máximo Thomsen (20), Ciro Pertosi (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21) son quienes cumplen arresto efectivo y a los que a principios de julio se les negó la posibilidad de esperar el juicio con arresto domiciliario.