La abogada especialista en medioambiente y miembro de la ONG “El Paraná no se toca”, Romina Araguás señaló que “Con la tendencia prevista, todo el tramo del Paraná en territorio argentino alcanzaría niveles de similar orden a los registrados en 1944, el año más bajo de la historia”. Además afirmó que “Existen muchas razones para analizar la bajante del río, tienen que ver con el cambio climático, la deforestación de Chaco, el ciclo del agua y la falta de árboles, también influyen la cantidad de represas, y la necesidad de un manejo responsable de las cuencas. Los humedales que se destruyen con las quemas son fundamentales para controlar el ciclo hídrico”.
“Hay muchas razones de la bajante del río, tienen que ver con el cambio climático, la deforestación de Chaco, el ciclo del agua y la falta de árboles, los árboles condensan el agua de lluvia, también influyen la cantidad de represas, y la necesidad de un manejo responsable de las cuencas. Tenemos que tomar medidas, debemos ser responsables con el agua que tomamos y no derrocharla”, explicó Romina Araguás, abogada de la ONG “El Paraná no se toca”.
Al mismo tiempo, sostuvo que “Los humedales que se destruyen con las quemas son fundamentales para controlar el ciclo hídrico. Los humedales están terraplenándose, les agregan tierra para llevar ganado, y no se tiene en cuenta que actúan como esponja, cuando hay bajante los humedales liberan agua y controlan los niveles hidrológicos”. Y luego agregó “A simple vista se aprecia el escurrimiento del agua. No hay monitoreo ni control adecuado, la devastación supera la capacidad natural de restablecimiento en los equilibrios de estos ecosistemas, y estamos a años luz de la efectivización de una ley de humedales, que como organización reclamamos desde el año 2012”.
En tal sentido, la doctora Araguás destacó que “Hace años hablamos de una ley de humedales pero siempre se está en foja cero. La ley de humedales de la provincia de Santa Fe, si bien fue promulgada en 2019, todavía no está reglamentada y vemos como delante de nuestros ojos se devasta la biodiversidad de los humedales y se perjudica la salud de las personas y los territorios. No basta con la voluntad de diálogo si no va acompañada de acciones concretas para proteger nuestros reservorios de agua dulce”.
En tanto, en la continuidad informativa de LT8, Rafael Colombo, de la Asociación de Abogados Ambientalistas, subrayó “La empresa belga Jan De Nul profundiza el dragado del Paraná en unos 60 centímetros más, eso significa un sobredragado del río, que provoca daños ambientales irreversibles. El dragado persigue aumentar la capacidad de transporte del río. Esto se da en un contexto de bajante extraordinaria, en la que estamos en una altura crítica del Río Paraná, de 23 a 36 centímetros, y eso es alarmante”.
Fuente Entrevista de LT8
A.D.
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