“No me animo a decir que sueñan con ser narcos, pero si que ven una salida a su vida”, dijo el párroco de Barrio Tablada, Claudio Castricone, que opinó sobre las declaraciones de la periodista y precandidata Carolina Losada. Puso el foco sobre las desigualdades en el acceso a la educación y la falta de oportunidades.
Cuando la periodista rosarina y actual precandidata a senadora por Santa Fe de Juntos por el Cambio, Carolina Losada, aseguró que en esta provincia muchos chicos sueñan con ser narcos o sicarios, se alzaron muchas voces en repudio, como también, algunas en tren de adhesión.
Una mirada cercana a ese punto es la del cura Claudio Castricone, párroco de la capilla Nuestra Señora de Fátima, ubicada en Barrio Tablada: “No me animo a decir que sueñan con eso, pero sí, que ven en ello una salida a su vida. Todo adolescente quiere tener cosas, plata fácil, y ésta es una manera de conseguirlo: empiezan como ‘soldaditos’ para luego ser sicarios”.
“Me preocupan las causas por las que que eligen esto”, confió. “Esos jóvenes se sienten expulsados, marginados; ninguno terminó la secundaria y no sé si la empezaron. Si la secundaria es obligatoria, ¿por qué el Estado no está controlando esto, conteniendo y apoyando?”.
Las muy dispares condiciones que existen para el acceso a la educación inquietan a Castricone: “Queremos que la educación forme parte de un único formato, pero en estos barrios es difícl hacerlo como en el centro, donde pueden estudiar tranquilos, con conectividad y computadora al alcance. En los barrios se exige lo mismo pero con menos condiciones. El pibe dejó la escuela, está en la esquina todos los días; viene alguien que le ofrece plata fácil por cuidar un búnker y el pibe lo acepta”.
“Cuando repiten primer año una o dos veces no van más a la escuela, pero hay que preguntarse por qué repiten. Necesitamos una sociedad que no sea excluyente y una escuela que no sea expulsiva de alumnos. Porque después, no les queda otra que laburar como locos ganando dos pesos, porque se les cerraron las demás puertas”, diagnosticó. “Los chicos saben que metiéndose en esto su vida puede ser muy corta, pero como su mirada es inmediatista y consideran cuánta plata tendrán el fin de semana, agarran viaje con lo que les ofrecen, aunque puedan perder la vida en la lucha por el territorio”.
“Lamentablemente, se ve que cada vez es más corta la edad de los chicos que encuentran en el narcotráfico la única fuente laboral”.