Oscar Racco es el nombre del acusado y María Eugenia, el de la mujer. El juicio arrancó ayer y podría culminar a fines de la semana venidera.
Ayer, en el Centro de Justicia Penal, comenzó el juicio contra Oscar Racco, acusado de privación ilegítima de la libertad, abusos sexuales reiterados y reducción a la servidumbre a María Eugenia, cuya declaración – que duró más de cuatro horas – proveyó detalles escalofriantes.
23 años duró el padecimiento inhumano de María Eugenia, quien tenía 19 cuando el acusado la arrancó de su núcleo familiar; sobre todo, de su hijo. La fiscal Luciana Valarella, de la oficina de Violencia de Género del Ministerio Público de la Acusación (MPA), fue quien aportó detalles y consideraciones: “Es un caso poco común, con detalles que parecen de película. María Eugenia contó que todo comenzó con un conflicto familiar que terminó con ella y el acusado en la comisaría; cuando salieron, él la llevó y comenzó un ejercicio de violencia física muy grande, en los que estuvo encadenada a una cama varios años, dentro de una habitación sin picaporte y cuya llave estaba en poder del acusado”.
“La limitación a su libertad pasó a ser psicológica, con amenazas constantes a su familia, a su hijo (que quedó al cuidado de sus abuelos). Sus familiares eran amenazados cuando se acercaban a la casa y todas las veces que intentaron hacer un trámite judicial para recuperarla no encontraron respuesta”, agregó.
A propósito de ello, la fiscal señaló: “Las cuestiones de género son atendidas desde no hace mucho tiempo aunque los delitos existen desde siempre, pero el sistema judicial los considerába delitos menores, a resolver dentro de la pareja. Las respuestas de la justicia y la policía eran expulsivas; por eso, la víctima y sus familiares no encontraban salida”.
“Pedimos 18 años de prisión, lo que resulta de las escalas penales de delitos previstos en el Código y de las pruebas que tenemos y podemos presentar”, destacó Lucía. “La reducción a servidumbre tiene penas que van de 4 a 15 años. Entendemos que estos delitos lucen desproporcionados con respecto a los delitos contra la propiedad: un robo tiene una pena más grande que el caso de una mujer que es golpeada y lesionada en todo su cuerpo, que sólo tiene dos años de prisión como pena”.
El acusado – de quien no se sabe si declarará o si hará uso de su derecho a no hacerlo – cuenta con defensoría pública y su condena podría dictarse a fines de la semana que viene o a comienzos de la siguiente.
“Este caso puede tener el valor simbólico de visibilizar la situación para que otras personas que no ven salida en situaciones similares, se animen y puedan hablar, porque actualmente hay un Estado que acompaña y que trata de llevar adelante estas investigaciones para lograr las condenas”, expresó la fiscal.