Este viernes expira el plazo dado por Washington a Beijing, para cerrar su consulado en Houston.
En un comunicado, el Departamento de Estado Norteamericano acusó al gobierno de Xi Jimping de “haber llevado a cabo durante años grandes operaciones de espionaje ilegal y de influencia en EE UU en contra de funcionarios del Gobierno estadounidense y de ciudadanos estadounidenses”. Y agregó que esta medida, el cierre del consulado, “es para proteger la propiedad intelectual estadounidense y la información privada de los estadounidenses”.
Horas antes, el departamento de Justicia había denunciado a dos ciudadanos chinos de hakear a empresas contratadas por el gobierno en el sector de Defensa y a investigadores de Covid-19.
El jefe de la Diplomacia, Mike Pompeo, en un viaje a Copenhague manifestó a la prensa, “El presidente Trump ha dicho ‘Basta, no vamos a permitir que esto siga ocurriendo’,” y amenazó con nuevas sanciones si Beijing no se comporta conforme a lo que Washington espera.
El Ministerio de Relaciones Exteriores Chino ha prometido “las represalias necesarias” si el Gobierno de Donald Trump no retrocede en su decisión de cerrar la representación china en Houston.
Esta no es la primera vez que EE UU ordena el cierre de un consulado a otro país. En 2017, ordenó esto al consulado ruso en San Francisco, debido a que Moscú había restringido el número de sus diplomáticos allí. Pero, sí lo es para China.
Por otra parte, Houston guarda mucho simbolismo. Es la primera sede que se inauguró, una vez restituidas las relaciones diplomáticas entre ambos gigantes, en 1979.
Casi a diario, durante las últimas dos semanas, ambos países se han llamado la atención, han anunciado sanciones o se han criticado abiertamente. Hubo todo tipo de enfrentamientos, en momentos en los que Trump va muy por detrás en las encuestas, y las elecciones presidenciales de noviembre están a la vuelta de la esquina. En tanto, China se vio reforzada por su lucha contra el Covid-19, algo que el presidente norteamericano le debe a sus ciudadanos.
En Houston, los funcionarios quemaron una importante cantidad de documentos secretos, el humo era de tal magnitud que se podía ver desde el exterior del edificio. Esto causó que alguien llamara al departamento de bomberos, quienes no pudieron ingresar a la sede diplomática y tuvieron que desplegarse desde afuera.