El período de transición entre la UE y el Reino Unido termina el 31 de Diciembre. Se considera que los acuerdos deben estar firmados para Octubre y así tener tiempo para las traducciones a los idiomas oficiales y la aprobación de todos los parlamentos nacionales de los miembros. Todo esto, siempre y cuando Gran Bretaña quiera evitar un duro Brexit.
El jefe europeo de las negociaciones, Michel Barnier, le señaló al gobierno del primer Ministro, Boris Johnson- en la mismísima capital británica- dos cosas que hacen difíciles las conversaciones: el rechazo de Londres a alinearse a la UE en lo que respecta a lo laboral, medioambiental, protección a los consumidores , e incluso límites a las ayudas estatales a empresas. Y por otra parte, el (futuro) acuerdo en materia pesquera. “Con su rechazo actual a comprometerse a condiciones de competición abierta y justa, y a un acuerdo equilibrado respecto a la pesca, el Reino Unido está provocando que un acuerdo comercial, a estas alturas, sea muy poco probable”, dijo Barnier.
Londres se niega a pedir prórroga y Bruselas no quiere un acuerdo a cualquier precio, pero lo cierto es que los avances no han sido muchos. Aún así, tienen previsto comenzar una nueva ronda de negociaciones el próximo 17 de Agosto. Johnson no dio lugar a las peticiones de los empresarios británicos, o del Gobierno escocés, para que usara el instrumento de la prórroga y extendiera el período de transición; algunas de las voces que lo han advertido de las proporciones económicas que implica la salida de la Unión Europea sumada a la recesión histórica que supone la crisis de Covid-19.