La crítica afirmación fue vertida por Matías De Bueno, del Observatorio Ambiental de la UNR. “El foco abarca mas de 20 mil hectáreas; actualmente la superficie quemada del humedal es de 160 mil hectáreas”.
La quema en los humedales de la región ha provocado una situación muy complicada no sólo frente a Rosario, sino en el resto del sur de Santa Fe y en buena parte del norte de Buenos Aires. Pese a los esfuerzos, las proclamas, las actuaciones y las denuncias penales, quienes encienden fuego no se detienen.
Matías De Bueno, del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario, reveló una preocupación muy aguda: “Esto está fuera de control. Las quemas, si bien no se ven frente a Rosario, son monumentales y la ferocidad y la velocidad con que el fuego se desarrolla. Frente a San Nicolás y Villa Constitución hay un foco de 7 mil hectáreas, superficie que cubrió en menos de una semana”.
“Pero lo que sucede en el norte de Buenos Aires (San Pedro, Zárate) es desastroso”, calificó. “Ahí, el foco abarca más de 20 mil hectáreas. Actualmente, la superficie quemada del humedal es de 160 mil hectáreas. En este momento, el viento sopla desde el noreste y siempre tenemos algún material particulado enviciando el aire, pero si el viento rota al cuadrante sur-sureste tendremos el humo invadiendo la ciudad y con mucha potencia”.
“Ya la semana pasada tuvimos un nivel de contaminación del doble de lo que marca como guía la Organización Mundial de la Salud”, alertó, “pero en San Nicolás, ese nivel llegó a ser de ocho veces más que ese parámetro”.
“Estamos en un momento muy complejo de la humanidad, en una crisis ambiental enorme por el cambio climático, y justamente nuestro humedal es uno de los mayores sumideros de carbono que hay en el mundo, y en lugar de protegerlo estamos generando más cantidad de gas de efecto invernadero, cuyas consecuencias ya están viéndose”.
A la hora de estimar responsables, el doctor De Bueno apuntó: “No hay dudas de que el fuego es encendido por personas, pero también hay una sequía muy fuerte y padecemos la bajante del río más grande de los últimos 70 años. Hay responsabilidad de quienes inican el fuego y también de quienes no lo previenen”.
“El fuego quema los pastizales, toma velocidad y se lleva los bosques, la flora, la fauna”, resumió, “y además, hay gente que está pasándola muy mal, principalmente los que tienen patologías respiratorias previas, pero el material partuiculado propende a ocasionar también enfermedades cardiovasculares”.
La imagen final es cruel: Rosario tiene 179 km cuadrados de superficie; por lo tanto, el foco encendido en el norte bonaerense (más de 20 mil hectáreas) supone que el terreno arrasado es más grande que toda esta ciudad…