La mujer ultimada ayer en Urdinarrain al 6900 se llamaba Mirta y tenía apenas 22 años. Atendía una heladería que, por la necesidad de obtener mayores ingresos, habían inaugurado recientemente en su casa. Uno de los muchos disparos de arma de fuego lanzados desde una moto que pasó ayer por esa cuadra atravesó una ventana y terminó con su vida. Así de cruel.
La familia de Mirta esta integrada por su madre, un hermano y dos hermanas, una de las cuales contó, en pocas palabras, cómo se consumó el asesinato: “Por lo que recuerdo, eran más o menos las siete y media de la tarde. Estábamos sentadas mirando televisión cuando empezaron a escucharse ruidos ensordecedores. Me agaché y la vi caer, ensangrentada. Entonces salí a buscar gente” para conseguir ayuda.
Los disparos efectuados fueron al menos ocho. Siete de ellos dejaron huella en la pared del frente de la casa y una atravesó la ventana y mató a Mirta. “Ella estaba todo el día en casa, cuidándome y atendiendo la heladería”, detalló su hermana. “No sé cómo vamos a seguir. Vamos a tratar de estar bien; sobre todo, por mi mamá”.
En la investigación abierta tras el crimen interviene la fiscal Marisol Fabbro. Los testimonios de vecinos y de la mencionada hermana de Mirta indican que son frecuentes las balaceras en el barrio y coinciden en que tienen que ver con otra/s persona/s que allí viven aunque nadie sabe de quién o quiénes se trata.