Su existencia fue constatada por fiscales de balaceras que este miércoles allanaron esa módulo donde está Monchi Cantero. Son reiterados actos violentos ordenados desde las prisiones.
Un grupo especial penitenciario y la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) allanaron este miércoles dos pabellones de la cárcel de Piñero por orden de los fiscales de la unidad que investiga balaceras. La requisa se orientaba especialmente a la detección de celulares pero al peinar ambos recintos carcelarios no se encontraron aparatos. Lo que sí hallaron en la búsqueda fue un plano a mano alzada en una libreta con secciones de la cárcel, una agenda que contenía contactos de abogados y periodistas.
La irrupción se concretó esta mañana desde las 6 en el pabellón 7 de Piñero, donde están algunos de los referentes de la banda de Los Monos, por orden de los fiscales Federico Rébola, Franco Carbone y Valeria Haurigot, que se hicieron presentes en la requisa. Según consignaron fuentes del procedimiento, los policías peinaron los pabellones sin encontrar celulares. Pero dieron con el cuaderno donde había un boceto del pabellón que captó la atención de los fiscales.
En un pabellón de internos de alto perfil se constató la existencia de un teléfono fijo para el uso de los internos, lo que no es ilegal ya que es un derecho de la ejecución de la pena, pero que es motivo de controversia. Esa línea fija está a disposición de los presos de ese módulo, donde se encuentra Ramón Machuca alias “Monchi Cantero”, desde las 9 de la mañana a las 11 de la noche, según voceros del operativo.
Lo que señalan los fiscales es que tiene que existir alguna regulación o reglamentación sobre la utilización del teléfono sobre todo cuando se constata rutinariamente que desde Piñero se ordenan acciones criminales, particularmente balaceras y homicidios, que impactan directo en el orden público. La disponibilidad de comunicaciones para presos que cumplen sentencia o prisión preventiva no solo es legal sino que es un derecho a garantizar.
También se constató que en otro de los pabellones, el 25, donde están los detenidos que en estos días son juzgados por atentados a blancos de la Justicia en 2018, no funcionaban los inhibidores de señal porque los que participaban del operativo podían comunicarse con el exterior.
Los fiscales del área de balaceras han declarado que es algo probado regularmente que se usan teléfonos para dar directivas de actos delictivos graves. Por eso señalan que es imperioso el control de agentes del Servicio Penitenciarios que están sospechados de negociar el facilitamiento de celulares a personas presas y las requisas exhaustivas y regulares en los establecimientos carcelarios.
Fuente Diario La Capital
A.D.
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