La gran cantidad de hormigas voladoras que se observan en la ciudad llama la atención, pero la repartición municipal que controla la profusión de plagas manifiesta que no hay de qué preocuparse. ¿A que se debe el fenómeno?
Hay mucha difusión de quejas por la aparición masiva de hormigas voladoras en toda la ciudad y en las de alrededores. Ante esta aparición que llama la atención, Carlos Tasinato, director de Control de Vectores de la Municipalidad de Rosario, dio una explicación que lleva el objetivo de aportar tranquilidad: “Estas hormigas no son diferentes a las que vemos a diario. Se trata de los zánganos y las futuras reinas, que emprenden lo que se llama ‘vuelo nupcial’. Es un proceso natural de la evolución sexual del hormiguero y no tiene importancia sanitaria, aunque pueda generar molestia. Tampoco comen las plantas porque no están abocadas a llevar alimento a los hormigueros”.
El ingeniero adelantó que esta profusión “puede volver a darse a fines de verano o principios de otoño, cuando se repiten las condiciones de temperatura y humedad actuales, pero no pasará de allí”.
Amén de la novedad, el advenimiento de la estación estival siempre refuerza la preocupación por el dengue. “Lo que nos debe preocupar es el mosquito Aedes, vector del dengue. Por ahora no hay circulación viral pero sí está presente el mosquito; por eso hacemos hincapié en lo de siempre: no dejarle agua acumulada en recipientes para no promover su desarrollo. Se hacen controles programados; sobre todo, en la costa y espacios verdes, pero tampoco hay que abusar de la fumigación, que es complementaria”.
Palomas
“Hace mucho tiempo que están tomando espacios de la ciudad, lo que responde al desarrollo urbano. Hay dos tipos: la columba, que se ve en las cornisas de edificios, (sobre todo, del centro), y la torcaza, que es la más chica, que prefiere el arbolado y cuyo control es más difícil. Como la paloma es una especie protegida, se usan métodos disuasivos o aplicación de granos con anticonceptivos para bajar el número de su población”.