El consumo sigue a la baja. Mientras, creció fuerte el consumo de harina en los hogares.
Las ventas en las panaderías mermaron fuerte desde el comienzo de la pandemia, en marzo pasado. Así lo apuntó Jorge Vitantonio, de la Asociación de Panaderos de Rosario. “En las panaderías de barrio, cuando comenzó la cuarentena, bajo un poco el consumo, no tanto; pero en las panaderías del centro, fue dramática la caída en las ventas” explicó el dirigente del sector.
Ahora “mas o menos se quiere estabilizar, pero sigue a la baja porque la gente no tiene dinero”, siguió. “Nunca vi tanto billetito de 10 pesos como ahora, y tienen tan poco valor”
Por otro lado, advirtió que en el ultimo mes, la harina aumentó un 10%, mientras los precios en el mostrador “se tocaron un 4/5%, pero en algunos casos, en otros los dejamos como esta, porque la gente no tiene dinero”
“La situación es difícil; hoy hay que mantener la persiana levantada, pagar los sueldos y mantener las fuentes laborales”, se conforma Vitantonio.
Panaderos en casa
Como contrapartida, el consumo de harina en hogares se duplicó durante la cuarentena. Las cifras pér capita podrían pasar de 83 kilos a 90, una suba histórica. Desde que llegó la pandemia, se pasó de vender 40.000 toneladas mensuales de harina para hogares de un kilo a 80.000.
De los 120 molinos que existen en la Argentina, 20 producen harina para vender en envases de un kilo. De lo que producen el 60% se vende en panaderías, el 30% a fábricas de pastas, galletitas y fideos y un 10% es para venta hogareña.