Los científicos que hacen búsqueda activa admiten que el sublinaje BA.2 “puede aparecer” en la región de un momento a otro pero no debería generar temor.
La historia de las variantes y subvariantes de la cepa original del Covid 19 parece no tener fin. Y si bien las mutaciones forman parte del comportamiento habitual de los virus, en el marco de una pandemia que ya lleva más de dos años cada novedad genera preocupación.
Ahora se sabe que ya está en la Argentina un sublinaje de la variante Omicron (BA.1) denominado BA.2, que ya está presente en 57 países.
Lo anunció este martes el Instituto Malbrán. Fue descubierto en un viajero proveniente de Uruguay que había dado positivo de Covid. Su esposa y él están aislados. La mujer también presentó síntomas. Por el momento no se detectó en otros pacientes pero su multiplicación es algo esperable.
En Rosario, el equipo de profesionales que pertenece a Proyecto País y que se dedica al seguimiento de variantes no encontró hasta ahora esta subdivisión del virus pero estiman que “puede aparecer” en los próximos días o semanas.
A su vez, admitieron que no debería generar mayor preocupación. Aunque ya hay estudios a nivel mundial que muestran que es incluso más contagiosa que la Omicron “original” los síntomas de la enfermedad no son diferentes y en general se trata de cuadros leves.
Desde ya que al aumentar rápidamente el nivel de contagios eso implica que puede afectar a más personas vulnerables ya sea porque no se vacunaron o porque su sistema inmune o estado de salud general es delicado. Allí reside en todo caso el temor más grande.
“Las mutaciones nos han impresionado”
Después de décadas de estudiar el comportamiento de los virus, habiendo hecho investigaciones tanto en la Argentina como en el exterior, la científica rosarina Adriana Giri no deja de sorprenderse por las características del Sars Cov 2 y especialmente por lo que se ve en Omicron.
La subvariante BA.1 que es la que circula de manera dominante en el país tiene en sí misma 30 mutaciones en la proteína espiga (o eje). Delta tenía unas 10 “y ya era un montón”, describe la especialista en virología.
Todas las variantes surgidas de la cepa original detectada en China, en Wuhan en 2019, tienen a su vez subvariantes.
“Es normal que ha medida que un virus tiene buenas chances de infectar, evolucione. Todos se van subdividiendo de acuerdo a las poblaciones incluso. Es un proceso natural”, dice la científica del IBR/Conicet, quien es la cabeza visible de un grupo de profesionales que está haciendo seguimiento de variantes en Rosario y algunas localidades del sur provincial desde que comenzó a mutar el virus que provocó la pandemia.
En el caso de Omicron (que fue clasificada como 529), comenta, ya se describieron tres sublinajes denominados BA.1, BA.2, BA.3. En el mundo, más del 96% de los contagios por Omicron se están dando con las dos primeras subvariantes.
Hasta este martes, cuando el Malbrán anunció que encontró la BA.2 en Argentina había solamente registros de la primera. “Es la que circula mayoritariamente pero no sería raro que el otro sublinaje comience a crecer. En nuestro caso hacemos seguimiento constante y si se presenta en pacientes de nuestra zona estamos en condiciones de detectarlo”, explica Giri.
La investigadora dice que “no debería generar preocupación y mucho menos dramatismo si bien se sabe que es más contagiosa que BA.1”.
El tema es que Omicron es tan contagiosa que es difícil pensar todavía qué implicaría a nivel de suba de contagios, el hecho de la subvariante BA.2 sea aún más transmisible.
En ese sentido, la recomendaciones más fuertes siguen siendo tener la vacunación completa, colocarse la dosis de refuerzo en quienes estén siendo citados o asistir en forma espontánea en el caso de los mayores de 40 y usar barbijos. La ventilación en lugares cerrados también es clave para frenar la transmisión de persona a persona. Y aislarse ante la sospecha de contagio.
Incógnitas y sorpresas
“Cuando se vio que BA.1 tenía 30 mutaciones nos sorprendimos. Otras variantes que hemos analizado tenían 10 mutaciones, por ejemplo”, comenta la experta, en relación al comportamiento de Omicron.
La gran incógnita sigue siendo cómo se originó esta variante. Al respecto hay tres hipótesis
.Que Omicron haya surgido de una infección “silenciosa” que no se detectó antes porque la portaban personas que viven en zonas de escasísimos recursos, como Africa, por ejemplo, y nadie las estudió (el primer registro de Omicron es del mes de noviembre, pero puede haber estado desde antes).
La otra posibilidad _ detalla Giri_ es que sea producto de una infección en una persona inmunosuprimida que al no tener su organismo la capacidad de limitar la infección puede producir este tipo de variantes con muchas mutaciones y transmmitirla a otros.
“Tenemos que pensar que en Africa, por ejemplo, están la mayoría de las personas con VIH del mundo y las tasas de vacunación contra Covid son bajísimas, lo que no ayuda en nada a frenar al virus, más bien lo contrario”.
En este punto la investigadora hace una reflexión inevitable: “En la medida que siga habiendo zonas del planeta sin vacunas la pandemia no se va a terminar y podremos encontrarnos más adelante con otro tipo de variantes más o menos complicadas”. De allí que es indispensable que los países de alto poder económico y los organismos internacionales definan estrategias urgentes para que las vacunas lleguen a todos lados.
La tercera y más compleja
Otra de las hipótesis es que Omicron sea el resultad de una infección de un ser humano a un animal que a su vez infectó a otras especies, algo que se denomina zoonosis reversa (o inversa). “Pudo haber pasado a una rata o ratón, en su sistema el virus muta y puede infectar a otras especies, volviendo al humano”, señala Giri.
En distintos institutos en el mundo se están centrando en estudiar la posibilidad de que los roedores sean los que “provocaron” la variante Omicron con sus 30 mutaciones “internas” y ya con tres sublinajes reconocidos.
Fuente Diario La Capital
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