El pastor Fabián Belay, titular de la pastoral, aseguró que la situación no encuentra freno en la edad de inicio de consumo y de venta de sustancias
Acerca del tremendo caso de las personas fallecidas por consumir cocaína adulterada, se han alzado voces desde distintos puntos de acción y de observación. Uno de los que tomó la palabra fue Fabián Belay, de la Pastoral de la Drogadependencia de Rosario, quien entregó una cruda visión de lo que ocurre con el consumo de drogas duras en Rosario.
“Con este tema uno nunca sale del asombro. Nuestra realidad es la muerte de cada día y las situaciones en las que las familias siguen sin tener respuestas”, expresó. “Estos son círculos de muerte; por una u otra razón, las personas terminan así”.
“Lo que vemos es que no hay freno en cuanto a las edades en el inicio del consumo: hay personas cada vez más chicas iniciándose en la venta y en el consumo. Hoy en día, empiezan entre los 9 y los 10 años de edad, lamentablemente”.
“Pareciera que algunos sectores de la política se quedaron con los privilegios y han dejado de atender a la gente”, reclamó Belay. “Hay una total falta de política del estado municipal; en prevención y asistencia hay un vacío terrible”.
Conminado a entregar alguna propuesta para la lucha concreta contra este desastre, Fabián prescindió de opinar acerca de la posibilidad de legalización de ciertas sustancias y aportó: “Hoy intentamos obtener respuestas en los hospitales, pero a causa del covid, salud mental y atención a adicciones han quedado relegadas y eso es muy serio, porque ya tenemos terceras generaciones de consumidores. No podemos lograr que haya una guardia de salud mental para adictos y ése es un problema cada vez mayor en las zonas marginales: mucha gente con problemas psiquiátricos crónicos. Pero nada de eso está en la agenda política”.