El negocio radicado en Seguí y Lavalle cerró sus puertas ayer, después de ser atacada a tiros y de que su dueño recibiera la petición extorsiva.
Los dos ataques a balazos que se concretaron, en menos de dos semanas, contra la carnicería ubicada en Boulevard Seguí al 4000, llevaron a que Sergio, su propietario, determinara cerrar las puertas de su negocio, que ayer atendió por última vez.
“Me pidieron cien mil pesos para ‘garantizar protección’. Y no sólo que no puedo pagarlo: nadie tiene que pagar”, expresó, en medio de su amargura. “No veo al intendente ni al gobernador hablando acerca de esto, dando la cara; están escondidos como ratas”.
“Me tirotearon dos veces con las puertas cerradas y, después, me dijeron que iban a tirar al local abierto. Entonces, nada más puedo hacer: hay empleados y clientes, y éstos pasan y tiran”, contó. “Y la policía me dijo que no podía poner un patrullero en la puerta“.
“Esto se ve desde hace rato en Rosario. Mi carnicería funcionó durante doce años. Ahora voy a tomarme unas semanas para ver qué voy a hacer. por ahora no lo sé”, se resignó.
“Estoy indignado con esta política que tenemos desde hace dos años. La droga pasa como si nada; no dejan trabajar a la gente decente. Y con el cierre de mi negocio, quedaron tres familias sin trabajo”, anunció.
La concesionaria de Oroño al 5500 también cerró
David, propietario del otro comercio que dejó de funcionar, dijo: “Me pidieron un monto; o sea que yo tenía que trabajar para pagarles”. Y reclamó: “Nadie puede cuidarnos. Tengo más de diez años en el rubro y no sé qué voy a hacer ahora. Me siento muy triste por todo lo que significa tener que cerrar y dejar a gente sin trabajo”