Naciones Unidas emitió un dramático informe sobre las consecuencias del proceso. “Estamos en el horno”, graficó Pablo Canciani, investigador del Conicet y doctor en Ciencias Físicas. “Lo ambiental debe ser política de Estado”.
Hubo un preinforme de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el cambio climático. En él, expertos del organismo, en tono no menos que dramático, sostienen que habrá que adaptarse a consecuencias devastadoras.
“Literalmente, estamos en el horno”, coincidió Pablo Canciani, investigador principal del Conicet. “A nivel mundial no están tomándose las decisiones necesarias para frenar el proceso de cambio climático, en el sector privado ni en el público. Se pide que se actúe de manera tal que los sistemas humanos naturales y productivos puedan seguir funcionando; sobre todo, en la producción de alimentos”.
“Se definieron conceptos básicos: mitigación, que es el frenado de las causas, y adaptación, que es cómo mantener la capacidad de seguir funcionando sin grandes diferencias frente a los cambios, que cuanto peores son, más complicada se torna esa adaptación”, describió. “La adaptación requiere dos etapas. Por un lado, conocer la relación de los sistemas humanos y naturales con la variabilidad climática, y por otro, conocer qué cosas hay que ir modificando en esos sistemas para que sigan funcionando”.
Sobre las medidas a corto plazo que pueden y/o deben tomarse: “Hay varios niveles de acción. Es absolutamente necesario que el ciudadano incida en el sector empresario. hacer compras con criterio de sustentabilidad, con respeto del ambiente y de las personas. También, presionar a nuestros políticos, que es algo que en Argentina tenemos que aprender a hacer. Interactuar con las empresas locales, pymes, en un proceso de transformación. Y sobre las transnacionales, hay que ejercer también presión”.
“En el mundo hay dos sectores complicados: el energético (sobre todo, el petrolero) y el de granos, donde ya hay oligopolio que, además, está asociado con el sector químico por todos los productos que se usan en las cosechas, que dejan huellas de carbono y generan impacto ambiental enorme”.
“Lo que hay que lograr es que todo lo que sea ambiental, sistemas productivos, cambio climático, sea política de Estado. Y hay que incorporar al sistema productivo para que haga los cambios necesarios, porque necesitamos sus productos para vivir”, cerró el experto.