El juez Nicolás Foppiani, interviniente en la causa, resolvió limitar el contacto con el exterior de esos dos reclusos. “Hay derechos en pugna y con esta resolución trato de que un derecho no cancele al otro”.
Extorsiones, estafas telefónicas y virtuales y amenazas a partir del slogan “plata o plomo” son algunas de las acciones delictivas más replicadas en los tiempos que corren. El delito va ganando una figurada carrera en la que la justicia va, claramente, retrasada.
No obstante, hubo una imputación a dos reclusos del pabellón 11 de la Unidad 6 por su participación en no menos de 200 extorsiones. El juez interviniente en la causa, Nicolás Foppiani, consideró que hay pruebas suficientes para hacer lugar a las medidas cautelares que pidió la fiscalía; esto es “limitarles el contacto con el exterior porque la banda tenía una parte dentro del penal y otra, fuera”.
“Se estableció (que los reclusos puedan hacer) una videoconferencia cada 15 días de media hora de duración y con personal penitenciario custodiando el lugar”, esperando que “sirva para evitar que se altere el proceso”.
“Los reclusos intercambiaban no menos de dos aparatos de telefonía celular que eran utilizados por muchas personas del pabellón y en los cuales insertaban líneas que también eran intercambiadas”, precisó el juez. “Se demostró que esas líneas fueron utilizadas para cometer doscientas extorsiones, pero los casos imputados primeramente son cuatro”.
Ante la posibilidad de que se alcen voces que aseguren que su resolución vulnera derechos de los recursos, Foppiani dijo: “Siempre hay derechos en pugna, pero la realidad cambia permanentemente y de modo cada vez más rápido. Tenemos que tener mente abierta para interpretar la ley en el marco de esos cambios. Como la ley me habilita, traté de interpretar armónicamente para evitar que un derecho cancele al otro”.