La expresión pertenece al encargado de prensa del sindicato de gastronómicos de Rosario. “Esto es reiterativo y los empresarios terminarán por cansarse”
La nueva ola de llamadas extorsivas a locales gastronómicos, que tuvo su pico (tres) ayer, compromete la situación no sólo de los dueños de los locales, sino también, de las personas que están empleadas en ellos, por cuestiones de seguridad y otras que tienen que ver con la imprevisibilidad de la decisión que pueda tomar cada propietario amenazado.
Walter Fiore, encargado de Prensa del sindicato de trabajadores gastronómicos de Rosario, comunicó: “Nos enteramos cerca de mediodía, mientras viajamos rumbo al congreso nacional de nuestra organización. Esto es reiterativo: hemos tenido la misma problemática en El Establo y algunos lugares de Pichincha, meses atrás, pero (el nivel de) la seguridad es igual y sigue afectando a nuestro sector”.
“Entiendo que a los dueños les den ganas de bajar la persiana, pero de esa manera quedará gente sin trabajo, y nosotros bregamos por conservar la fuente de trabajo”, consideró Walter. “No sé cuál es el motivo que hace que se la agarren con nuestra actividad. Como sea, es la justicia la que tiene que actuar, tomar cartas en el asunto. Hace unos días estuvieron el intendente y el gobernador con el Presidente de la Nación, hablando de este tema, y no vemos solución. Tampoco vemos el número de fuerzas federales o provinciales que dijeron que iban a mandar”.
“Debería esto estar en agenda de los funcionarios. La gastronomía se está normalizando, pero esto hace que los empresarios terminen por cansarse. Si me pongo en lugar de ellos me pasaría lo mismo. Los funcionarios deben ponerse los pantalones largos y resolver este tema que es muy, muy, difícil”.