José Carlos Ocampo está preso desde el 10 de mayo por supuesta complicidad con dos delincuentes que abordaron su taxi para huir tras consumar una entradera en Iriondo al 1800. El juez Posma le dictó prisión preventiva por plazo de ley.
La semana pasada, dos delincuentes concretaron una entradera violenta en Iriondo al 1800, para luego escapar en un taxi. La fiscalía ordenó la detención del taxista, de nombre José Carlos Ocampo, y pidió y obtuvo, de parte del juez Posma, la prisión preventiva del mismo bajo la presunción de complicidad. El hijo del taxista, Carlos, hizo un fuerte descargo en redes sociales (“Rosario, donde los narcos pasean y a los laburantes los detienen”) y dio detalle de cómo sucedieron los hechos.
“El 10 de mayo mi papá comenzó su jornada a las 7:45 hs en Montevideo al 2800, en la revisión técnica, para la que había sacado un turno con anticipación. Salió de ahí con una viaje de (la aplicación) Movitaxi y fue hasta esa zona. Dejó al pasajero y a dos cuadras le hicieron señas los dos delincuentes”, describió. “Mi papá no conocía a los delincuentes; este fue un hecho azaroso que le pudo pasar a cualquiera y así lo demuestra la geocodificación – puesta a disposición por el dueño del taxi – que estuvo en manos del fiscal, pero éste hizo caso omiso del ello en la audiencia. Allí tampoco presentó los resultados del allanamiento a mi casa, porque no encontró nada”.
No obstante lo precedente, el fiscal “pidió prórroga para seguir investigando. A mi papá le negaron la prisión domiciliaria y, por 90 días más, estará en el Penal número 5, donde está desde que lo detuvieron, con prisión preventiva”.
Trascendió que el fiscal y el juez encontraron contradicciones en el testimonio de José Carlos, quien tiene 62 años de edad y hace entre 8 y 9 años que trabaja como peón de taxi. El funcionario acusador afirmó que él se comunicó previamente con los delincuentes por radio. “El taxi tiene comunicación por radio solamente con el operador de la empresa de taxis; no puede cambiarse la frecuencia de esa radio. Eso no puede ‘dibujarse’ “.
“Siento mucha impotencia”, reconoció Carlos. “Pensé que durante la audiencia todo iba a esclarecerse. Pero como durante la audiencia mi papá estuvo alterado e interrumpió un par de veces reclamando por su inocencia, el juez dijo que así como interrumpió la audiencia puedo entorpecer la investigación. Eso fue poco objetivo, personal. La defensa puede apelar y va a apelar pero todo es lento”.
Luego de pedir que el sindicato de peones de taxi se comunique con él, Carlos declaró que “no pude hablar con mi papá; sólo pudieron ahcerlo los abogados”.