En abril, la carne registró un aumento promedio del 8,4%. El consumo está en 45 kilos per cápita. Hace 40 años, era de 90 kilos
Daniel Urcía, del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, explicó que “la carne viene acompañando la inflación generalizada”, y argumentó que se trata de “un reacomodamiento de precios que mes a mes venimos viendo”. En diálogo con LT8, agregó que “desde Febrero, la carne no tuvo un comportamiento relevante en la construcción del índice de precios, no estuvo dentro del top”.
No obstante, admitió que la carne todos los meses ha actualizado. “En la medida que el insumo, que es la hacienda en pie, aumenta de valor, es inexorable que la carne al consumidor tiene que aumentar; pero es toda una cadena porque el productor necesita precio para producir, estamos en un espiral que seria necesario controlar para volver a una normalidad donde la suba de precios no afecte al consumo”, dijo.
Urcía destacó que, cuando sube la carne vacuna, el consumidor busca las carnes alternativas (pollo y cerdo); “pero indudablemente sentimos la baja en el consumo”. “Estimamos que cuando se producen subas de precios, se pierden entre 1 y 2 kilos, que se recuperan al mes siguiente; ante el aumento, la gente busca la alternativa, y cuando aumentan las otras carnes, vuelve a la vacuna”
Por último, evaluó que “mientras sostengamos este nivel de faena, la cadena no tendrá problemas, pero si se nos cae la faena, los costos van pegando en las empresas y tendremos inconvenientes”.