Alberto Fernández plantea aumentar las retenciones alas exportaciones de trigo y la Federación Agraria se opone. Pedro Peretti, exdirector de la Federación, apoya la medida, siempre y cuando se adecuen a la dimensión de cada productor
Se ha instalado una nueva polémica pública en el país. En la ocasión, entre el gobierno nacional y la Federación Agraria Argentina: ante el pedido del presidente Fernández de pedir al Congreso “que acompañe” un posible pedio de aumento de las retenciones a las exportaciones agropecuarias, el representante de la Federación, Carlos Achettoni, replicó que los productores “darán batalla”.
“Las retenciones son un instrumento de política económica y la federación siempre estuvo a favor, con la condición de que fueran segmentadas”, terció Pedro Peretti, exdirector de Federación Agraria y actual coordinador del a Agrupación agraria Grito de Alcorta. “Pero a ese instrumento, la derecha lo convirtió en un fetiche para enganchar, detrás de sí, a tipos que nada tienen que ver con el asunto como Achettoni, que opina de balde, o a otros pequeños productores confundidos a los que usan como fuerza de choque en defensa de intereses que no son los suyos”.
“Durante todo el conflicto de 2008, la Federación Agraria sostuvo que las retenciones deben ser segmentadas. y ésa es la posición correcta, porque no se puede tratar igual a quienes son estructuralmente distintos”, indicó. “No se necesita al Congreso, porque el artículo 4 de la Constitución Nacional dice claramente que es potestad del Poder Ejecutivo cobrar los derechos de importación y exportación. Cristina Fernández de Kirchner fue, como presidenta, la primera en enviar el tema del cobro de las retenciones al Congreso, en un intento de democratizar la cuestión, y también fue la primera en federalizarla, destinando el 30 por ciento de lo recaudado para los municipios. Luego, Macri quitó todo eso”.
Peretti abordó también el tema de la dilación en la puesta en funcionamiento del fideicomiso del trigo, creado con el fin de intentar regular el precio del pan. “El negocio de la harina se estructuró, en gran parte y durante mucho tiempo, sobre el dinero en negro, y la Secretaría de Comercio pide que hay que estar en blanco para ingresar a ese negocio. Igualmente, están entrando algunos molinos, individualmente. Quienes no quieren ingresar son las cámaras que nuclean a los molinos, pero hay que poner en marcha el fideicomiso en forma urgente, porque hay 400 millones de dólares como subsidio para garantizar el precio del pan”.
“El mundo que se viene será distinto al mundo que había antes de empezar la guerra entre Rusia y Ucrania, porque allí está el 20 por ciento de la producción mundial de trigo”, alertó el chacarero. “Ese conflicto definió un grupo de compradores de trigo (Rusia, China, India, Irán) hacia el cual se direccionará la mayor parte de la producción. Para el resto de los países, el precio será altísimo y estará fuera de alcance para los sectores populares. El de la harina es un consumo popular, de más de 90 kilos per capita por año. Y el precio del pan es político por excelencia; hace milenios que pone y saca gobiernos, y nuestro gobierno no puede descuidar eso”.