Milton, de 17 años, fue agredido en un gresca desatada en un partido de sexta división de la Asociación Rosarina disputada entre su club y Unión Americana. Habría sido golpeado por un mayor de edad que ingresó a la cancha. No obstante haber vuelto a su casa, deberá consultar a un cirujano maxilofacial.
Ayer de alta fue dado de alta Milton, el chico de 17 años de edad que, jugando un partido de la Asociación Rosarina de Fútbol para el club María Reina, que enfrentó como visitante a Unión Americana el pasado fin de semana, padeció una fractura de cráneo al ser golpeado en una batahola que se desató tras una acción de juego en el segundo tiempo del encuentro. Pero no obstante el alta, deberá consultar a un cirujano maxilofacial, y en tanto, los médicos que lo asistieron que su recuperación demandará más de un mes.
Cecilia, mamá de Milton y que presenció los hechos, dijo: “No puedo entender tanto ensañamiento, no fue un partido en el que se hubieran peleado todo el tiempo; no faltaba mucho para terminar y ganaba Unión Americana. Se pelearon en una jugada; el de Unión tiró piñas; un compañero de mi hijo reaccionó, y pero padres de jugadores de Unión entraron a la cancha a correr a los chicos de María Reina. Se ve en el video a un mayor, con remera blanca, tirando piñas. Los jugadores son menores de edad…”
“A mi hijo le dio una piña en la cara un mayor, a quien no podría identificar”, acusó Cecilia. “Cuando mi hijo quedó tirado, fui a la entrada a la cancha y una mujer no dejaba entrar a nadie, pero le dije que a mi hijo lo habían golpeado y entré; levanté a mi hijo y lo llevé al vestuario, donde estaba el otro chico que salió golpeado y que decía que no podía mover el cuello”.
“Cuando saqué a mi hijo les dije a los directivos de Unión: ‘Traje a mi hijo a jugar y miren cómo nos vamos’, y se reían. Después, alguien tiró una bomba de estruendo al lado de mi auto. No sé qué podría haber pasado porque el golpe que recibió fue tremendo”.
Milton cursa quinto año el secundario y juega al fútbol desde sus seis años de edad. “A la escuela no volverá hasta que se reponga, porque hay que cuidarlo mucho. No sé si él querrá seguir jugando porque no hay garantías; pagan una multa y siguen, y a mi hijo podrían haberlo matado, y nadie se hace responsable”.