Pablo Pallares, director de la biblioteca “Raúl Astorga” de zona sur, señaló que “Nuestra política institucional es la inclusión social. En esta reapertura convocamos a mucha gente, conseguimos que nuestro espacio fuera declarado de interés municipal”. Además, afirmó que “La única forma de prevenir la violencia es reparar los lazos comunitarios”.
“Trabajamos con personas con discapacidad y problemáticas de salud mental. Planteamos la biblioteca como un espacio abierto y gratuito, creemos que la política institucional es la inclusión social. En el 2020, cuando aflojaron las restricciones de la pandemia, estuvimos atentos a la posibilidad de un abordaje social y comunitario, del encuentro con los vecinos”, explicó el psicólogo Pablo Pallares, director de la biblioteca “Raúl Astorga”, ubicada en pasaje Amsterdam 1068, en el corazón del barrio Tiro Suizo, en la zona sur de la ciudad.
Al mismo tiempo, sostuvo que “Me parece alucinante que en 2022 sigamos apostando a los libros impresos y los rescatemos como puestas comunitarias. En 2019 en un contexto muy hostil, cuando el gobierno nacional de turno había lanzado en 2017 una ley que atenta contra todas las bibliotecas populares y espacios culturales (algo que por suerte ahora se está revirtiendo), que era una quita de presupuesto a la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) y a otros organismos para empezar a eliminar justamente, los espacios culturales”.
En ese sentido, el director remarcó “Ahora le dimos una reapertura, convocamos a mucha gente, una concejala de la ciudad presentó el proyecto para que el espacio fuera declarado de interés municipal, con características de dispositivo de salud mental y discapacidad que interviene en la comunidad. Tenemos 3000 libros que empezaron a llegar de todos lados”.
Sobre el origen del nombre de la biblioteca, Pallares contó que “En esta reapertura estuvo el escritor Raúl Astorga, su nombre es el que lleva la biblioteca. Raúl nos donó los derechos de más de cuarenta cuentos suyos, y es un fiel oyente de LT8. La idea es producir cultura, y de ahí otras experiencias en las que nosotros somos una parte microscópica. No queremos sólo se hable de zona sur por los tiros o la violencia de las balaceras, sino de un barrio que produce cultura. Nos proponemos remontar la experiencia que se vivió con la biblioteca Vigil”.
Por último, subrayó “Los vecinos vienen a la biblioteca, y todo el tiempo se reabren espacios. Por suerte la gente se vuelca al libro, creo que la única forma de prevenir la violencia es reparando el lazo comunitario”.
Fuente Entrevista de LT8 y Diario La Capital
A.D.
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