Este 2020 está atravesado por hechos, que han puesto a los habitantes de la ciudad de Rosario a prueba, una y otra vez. Uno de esos hechos es el humo que la gente de este lado del Paraná tuvo que soportar, oler y llevar pegado en el pelo, en la ropa y en las vías respiratorias.
Frente a la destrucción por la quema en las islas entrerrianas, y las severas consecuencias que seguramente tendrá, los concejales, acompañados por periodistas y personal del Concejo, cruzaron hoy el río con destino a la isla de El Espinillo para una sesión especial.
En la Escuela Marcos Sastre, que está bajo la órbita del Ministerio de educación de la Pcia. de Santa Fe, se izó la bandera, para después hacer donaciones de útiles y textos aportados por los distintos bloques. Allí, Sergio Rinaldi, periodista de LT8 en temas ecológicos, nos cuenta que fue un momento emotivo, de intercambio de presentes, pero como sucede en toda institución escolar, “se llevaron alguna tarea los concejales, una hojita con pedidos de mejoras para la comunidad pesquera y también para la escuela.”
Con el sonar de la campana de dio inicio a la sesión extraordinaria. La presidenta, María Eugenia Schmuck aludió a “la quema indiscriminada de pastizales” y “a la necesidad de visibilizar a nivel internacional la actual situación de emergencia”, que demanda de manera urgente la sanción de una ley para proteger los humedales. “Los humedales constituyen el 20 por ciento del territorio nacional y estamos en emergencia ambiental, 6.000 hectáreas se han quemado, la tercera parte del territorio de Rosario.”
Luego, se otorgó la palabra a las organizaciones Mundo Aparte, El Paraná No Se Toca, Amsafé Rosario y otras que integran la Multisectorial por la Ley de Humedales.
La concejala, María Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular, tuvo a su cargo abrir el debate a través de imágenes, para mostrar la urbanizaciones intensivas que se vienen imponiendo en el Delta Inferior y Victoria.
Todos los miembros del Concejo Municipal que se encontraban allí, expusieron sus argumentos ligados a lo jurisdiccional, a la construcción de ciudadanía, a la calidad del aire, a ser capaces de cambiar el modelo productivo, a decirle no al ecocidio, a realizar estudios de impacto ambiental para proteger los bienes comunes, a hacer inventario de los humedales, a la autocrítica política por permitir el avance de empresarios inescrupulosos, al modelo “extractivista” y el monocultivo como causantes de este presente, a la inacción del Poder Judicial, a hacer una legislación que tenga en cuenta a los ambientalistas y a los isleros, entre otros.
La mecánica parlamentaria indica que luego del debate, es tiempo de votar los proyectos consensuados. 19 fue el número de proyectos votados por unanimidad.
Este fue el desarrollo de la sesión en El Espinillo: