El problema está basado en que, por los tiempos administrativos, los ajustes de precios se realizan a cuatro meses, con lo que las empresas recuperan un 20 por ciento menos de lo que invierten
Las serias dificultades que genera la elevadísima inflación que atraviesa el país se manifiestan, entre otros tantos detalles, en la importación de productos y en las redeterminaciones (ajustes) de precios en muchas actividades; sobre todo, en la obra pública.
“El sector de la construcción trabaja muy poco con importados; sí hay algún inconveniente con maquinarias, pero no tan grande porque se programa su uso con tiempo”, aclaró Rubén Llenas, gerente de la Cámara Argentina de la Construcción, Delegación Rosario. “Pero en cuanto a los ajustes en los precios, los tiempos de los mismos no pueden disminuirse en más de cuatro meses: las empresas invierten en las obras a precio corriente y cobran el ajuste cuatro meses después, originándose un desfasaje de más de un veinte por ciento en ese lapso”.
“Esto pasó de ser un tema financiero a uno económico”, describió el contador Llenas. “Está comprometiéndose la ecuación de contratos, por lo que ya está ralentizándose el ritmo de la mayoría de las obras públicas. Es una pena porque hay mucha actividad; los estados nacional y provincial están invirtiendo mucho en obras en esta provincia, lo que hace que todas las empresas estén trabajando y cobrando bien sus certificados (de obras), pero no se puede seguir invirtiendo para recuperar con pérdidas”.